Podemos comentar hasta el cansancio la avalancha de información, fakenews, memes y videos bien o mal intencionados respecto del origen, consecuencias, cuidados y hasta posibles soluciones y guardas frente a la pandemia del virus Covid-19 que azota al mundo en estos momentos.

Debo de decir que al menos yo he estado bastante al pendiente de muchas noticias, incluyendo las emitidas por los gobiernos, autoridades mundiales en la materia y alguno que otro comunicador. La empresa no es fácil, ya que el mar de información de verdad es descomunal y las líneas de tiempo se actualizan a una velocidad impresionante, habría que permanecer mirando la pantalla del celular turnos completos, y aunque interesante, no es mi hit dirían los jóvenes.

Sin embargo, la serie de notas que quiero construir en esta colaboración semanal #DesdeCabina, tiene que ver más con voltear hacia nosotros mismos, hacia la lógica que ha constituido sociedades como en la que nos desenvolvemos la gran mayoría de los seres humanos, hacia una reflexión que en estos momentos hace más sentido realizar: ¿quién es el verdadero virus en el mundo?.

Responder la pregunta además de sensato, quisiera enfatizar, es necesario. Para muchos, quienes se ganan la vida al día, saliendo a la calle para atender un comercio o para ofrecer un servicio, es menos que irrelevante el origen “conspiratorio” científico de virus creados por el ser humano y liberados estratégicamente en lugar y fecha para provocar una debacle económica específica contra una o varias naciones. Lo mismo el antecedente, del que por cierto la raza humana poco parece aprender, respecto de previas pandemias que la humanidad ha vivido “con cierta periodicidad” y que en esta ocasión aparenta confirmarse. Tampoco los designios divinos o causales apocalípticos son de importancia en estas condiciones en las que lo primordial es sobrevivir producto de no dejar de trabajar.

La respuesta más bien se encuentra, como lo compartí en alguna reflexión anterior, en el origen consumista, dañino contra el planeta, de la sociedad que los seres humanos hemos creado. Es en esta respuesta, desde mi punto de vista muy personal, donde se encuentra el origen y también la solución a muchas de las problemáticas que hoy azotan al mundo en que vivimos y a todas las especies que lo habitan.

El origen entonces —repito, desde mi particular punto de vista—, se encuentra en la manera en que los seres humanos “creamos” e incluso “consumimos” nuestros alimentos; la forma en que disponemos de todos los residuos, orgánicos e inorgánicos, importándonos poco a la gran mayoría, el impacto que dicha disposición provoca en el planeta. También el origen se encuentra en la forma en que nos relacionamos, con poca conciencia, de que gracias a la evolución de la especie (y en gran medida a la alimentación y hábitos que hoy tenemos) nos hemos vuelto más vulnerables a enfermedades; y por supuesto a la evolución biológica (mutaciones) que los mismo virus o bacterias, como organismos vivos que son, tienen a lo largo del tiempo, haciendo a un lado a los creados o mutados en laboratorios con otros propósitos específicos. El origen esta en nosotros, no hay que ir tan lejos. Continuará...

Rector de la UNAQ
@Jorge_GVR

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