La vida es cíclica. Solo bastan una docena de meses para que todo vuelva a comenzar. El 2016 pasará a la historia, pero quedará guardado en nuestros corazones para siempre.

Río de Janeiro se apropió del  2016 y se convirtió en el recuerdo más grande y sorprendente que tendremos de estos 365 días. De la mano del mundo se convirtió en anfitriones de una fiesta inigualable.

En este año tuvimos el privilegio de ser testigos de hazañas deportivas que nos recuerdan que el trabajo duro y la disciplina nos pueden llevar a lograr cualquier sueño que nos fijemos.

Gracias a Rio de Janeiro pudimos ser partícipes de la inmortalidad de Usain Bolt en el tartán. Fuimos testigos de que el viento puede ser más rápido que la velocidad de la luz. Pues aquél jamaicano se convirtió en una ráfaga sobre la pista olímpica y quienes tuvieron la desafortunada costumbre de parpadear, perdieron de vista la historia.

Pero Río no solo fue el tartán, también fue la alberca, el trampolín, el balón, el tatami…Rio fue la alegría, el éxtasis, pero también la tristeza y la derrota.

En el agua un tritón norteamericano y una sirena húngara nos quitaron el aliento. Michael Phelps se coronó como el máximo nadador a nivel internacional y le dijo adiós a las competencias con 28 medallas olímpicas; 23 de oro, tres de plata y dos de bronce. Su despedida quedará guardado en el corazón de millones de aficionados del olimpismo. Aunque la natación también fue defendida por Katinka Hosszú, la húngara que en Río recogió las medallas que no pudo en Londres.

Juntos vivimos grandes historias de éxito, pero también de derrota como lo fue para la clavadista mexicana Paola Espinoza, quien se despidió de Brasil sin una presea olímpica y poco tiempo después anunció su separación de la entrenadora china, Ma Jin.

2016 también fue el año del Centenario Americanista, aunque no pudieron colocar la cereza del pastel con el trofeo de Liga. Tigres se encargó de opacarles la fiesta, al igual que Chivas con el sorprendente inicio de Chivas Tv y las ya de por sí escandalosas declaraciones de Vergara.

Cada día fue una página en donde se escribió un pedacito de historia. Ahora tenemos frente a nosotros un nuevo libro que está ansioso de recibir otra parte de nuestras anécdotas deportivas.

Gracias inmensas a usted, apreciable lector, por ser fiel a este humilde texto. Que el 2017 esté plagado de bendiciones.

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