En las últimas semanas he tenido la oportunidad de charlar con varios amigos alrededor de un tema que resulta de vital importancia, más aún en la actualidad y en nuestro país que enfrenta nuevos retos  que conllevan la importancia de mantener lo que muchos le llaman: El Tejido Social.  

Entre las definiciones del concepto, se entiende que el tejido social es todo aquello que nos permite establecer similitudes, relaciones, necesidades, oportunidades, etc., vistas como una red entre los individuos y que les permite mejorar su calidad de vida. Es decir, todo aquello que cotidianamente realizamos como miembros de una comunidad y que nos ayuda a generar un entorno de mayor desarrollo, armonía y bienestar entre los miembros de la misma. 

Los factores negativos como la violencia, inseguridad, desempleo, intolerancia y otros más, propician que este tejido social se debilite y se pierda la armonía y el equilibrio referidos y en consecuencia se debiliten los propósitos y alcances en la calidad de vida pretendida.

 Mi quehacer profesional y el valioso ejercicio de escuchar y aprender de los demás, me  ha permitido trabajar en varios rubros como lo son el económico-financiero, el político y en los años recientes en el ámbito del arte y considero que, cada uno de ellos, con distintos porcentajes de impacto en la vida comunitaria, tienen que ver en una tarea impostergable y permanente en cualquier sociedad, fortalecer este tejido social. 

Me queda claro que es y será prioritario atender las necesidades más elementales de quienes se encuentran en las condiciones más difíciles, pero también, el proceso de desarrollo y crecimiento de una comunidad se da en la medida en que se accede a la educación, salud y se incorpora al grupo de población económicamente activa. Sin embargo, en la medida en que las personas que aportan a la economía familiar reconozcan y aprendan sobre el manejo de las finanzas más elementales y sobre el uso adecuado de elementos como el crédito, tendrán mejores herramientas para optimizar los recursos, sin dejar de reconocer que hay hombres y mujeres en las familias que son verdaderos héroes en el cuidado de las finanzas del hogar. 

Por otro lado, resulta obvio que la política debe ser un ejercicio permanente y cotidiano para fortalecer el tejido social. Ocurre que también es necesario que algunos de quienes participan en el servicio público, generen cada día una mayor conciencia del valor de su responsabilidad hacia ese propósito. La aplicación de los recursos públicos  en cualquier gobierno, deben destinarse en primera instancia, a los rubros que buscan combatir la desigualdad y la inequidad, pero también hay que propiciar el desarrollo y las oportunidades que se traduzcan en empleos y en proyectos productivos que les permitan acceder a un mejor nivel de ingresos y de vida.

 Hay otros conceptos que parecieran no ser tan prioritarios para muchos, pero la realidad es que las circunstancias de hoy día hacen que el tejido social se debilite al disminuir las relaciones entre miembros de una comunidad ante el desconocimiento, la incertidumbre y la velocidad con que hoy movemos y nos desplazamos en los asuntos cotidianos. Ello ha propiciado un crecimiento desmedido en el stress y en las reacciones ante los detalles más simples limitando el establecimiento de mayores vínculos entre los ciudadanos.

Para eso, rescatar valores como el respeto, la civilidad, la tolerancia y el reconocimiento a los demás, se convierte en una tarea para fortalecer el tejido social y en ello, el arte y la cultura en general, juegan un papel trascendental. Detenernos a contemplar, a leer, a escribir, a escuchar y a darle a nuestros sentidos eventos que nos permitan combatir esa velocidad y acelere que nos caracteriza, nos permite a su vez, reencontrarnos con las emociones y con aquellos aspectos que fortalecen el espíritu y el valor de la vida misma. 

Nuestra entidad tiene hoy un tejido social fuerte. No hay que bajar la guardia ni un momento para que este se mantenga y, mejor aún, se fortalezca. Así podremos seguir creciendo cualitativamente en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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