Miguel Ángel Osorio Chong tiene un rostro adusto y un tono solemne. Pero tras esa fachada propia del alto priísmo, se esconde un fino humorista. El Secretario de Gobernación se ha revelado como el Carlos Monsivaís de la política: dice cosas graciosísimas sin perder nunca la seriedad del gesto.

Prueba de su desarrollado sentido del humor es su intervención reciente en la Reunión Regional de Seguridad de la Zona Sureste, durante la cual afirmó que “nuestro país está en los mejores niveles de seguridad de los últimos diez años”. Y luego remató la puntada: “tuvimos la mejor cifra de incidencia delictiva total desde 2007 (…) Desde 1997, sólo en 2000 y 2005 tuvimos una cifra similar”.

¿Cómo sabemos que es una broma? Muy fácil. El Secretario de Gobernación, el hombre mejor informado de México, encargado de la política federal de seguridad pública, no puede ignorar algunos datos básicos sobre la situación del país. No puede no saber, por ejemplo, que:

-La tasa de homicidio de 2014 fue, con alta probabilidad, dos veces superior a la de 2007 (INEGI lo confirmará en julio o agosto).

-En términos absolutos, el número de homicidios de 2014 fue superior al de 2004, 2005, 2006, 2007, 2008 y (probablemente) 2009. En términos de tasa por 100 mil habitantes, 2014 fue peor que 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008, y apenas mejor que 2009.

-Las cifras de incidencia delictiva de 2014 reportadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) no pueden considerarse definitivas. Hay revisiones constantes, casi siempre al alza. Por ejemplo, Veracruz añadió en mayo pasado 24,000 averiguaciones previas a sus números de 2013.

-En México, la cifra negra equivale a 94% del total de los delitos. Para el caso de la extorsión y algunos tipos de robos, la proporción de delitos no denunciados es superior a 99%. Los delitos denunciados son la minoría de una minoría ínfima.

-La relación entre delitos reportados y delitos totales no es constante. Por ejemplo, tanto en 2012 como en 2013, el número total de averiguaciones previas reportadas por el SESNSP disminuyó con respecto al año anterior (-1.4% y -1.3%, respectivamente). En esos mismos años, el número de delitos medidos por la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (denominada ENVIPE por sus siglas y realizada por el INEGI) aumentó a tasa de dos dígitos.

-Delito no denunciado es delito no perseguido. No se puede abatir la impunidad si no se reduce la cifra negra. Y para ello, es indispensable que disminuyan los delitos y aumenten las denuncias. Es por tanto una pésima noticia que no hayan más averiguaciones previas que hace una década, a pesar del incremento de la población. Significa que va de bajada la confianza en las autoridades.

-La percepción de seguridad se ha deteriorado en los últimos dos años. En 2012, según la ENVIPE, 66.6% de los mexicanos se sentía inseguro en su estado. Para 2014, la cifra correspondiente era 73.3%. Es cierto que la seguridad objetiva y la percepción de seguridad no siempre caminan en el mismo sentido, pero es difícil encontrar una brecha tan persistente. Los ciudadanos podemos estar locos, pero no tantos, no tanto y no por tanto tiempo.

Queda claro entonces que no se pueden tomar al pie de la letra las palabras del secretario Osorio. Un funcionario serio de un gobierno serio no podría decir en serio lo que dijo hace unos días el titular de Gobernación. No, es una broma rebuscada, lanzada probablemente para mejorar el alicaído humor nacional. No queda pues más que agradecerle al secretario. Buena falta le hacía al país una sonora risotada.

Analista de seguridad. @ahope71

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