La estrategia se está multiplicando y ya todos los candidatos se apresuran a subirse al tren: sacar una cuenta de TikTok y hacer videos chistosos para ganar votos. Estamos ante la era en que los debates han sido sustituidos por ver quien hace más el ridículo en redes sociales.

Estamos ante el inicio de la era política del TikTok donde el mensaje discursivo y la confrontación de ideas que deberían regir una campaña se reduce a un enfrentamiento de vídeos de menos de un minuto en donde la candidata o candidato salen bailando o haciendo cualquier gracejada para arrancar una sonrisa efímera al que se lo topa en sus redes sociales.

Pero como no estoy aquí para condenar a los fenómenos políticos sino para intentar darles sentido, me pregunto: ¿Qué buscan los candidatos con esta sustitución de las ideas por vídeos? Buscan popularidad, pero la democracia es algo mucho más allá de un simple concurso de quien es más popular, que es como lo piensan los brillantes estrategas que le recomiendan a sus candidatos convertirse en payasos.

El teórico canadiense Marshall McLuhan acuñó el aforismo de que el medio es el mensaje para explicar que cada mensaje tiene su expansión correcta de acuerdo con el medio que la contiene. Dado que TikTok se ha caracterizado por ser una red sociodigital donde abundan esta clase de videos, lo más natural les pareció que el mensaje correcto para emitirse allí era hacer lo mismo. Por ello, difícilmente veremos a un candidato bailar el gallinazo a mitad de un debate, porque ese es otro medio y otro mensaje. Bueno, eso espero.

¿Qué mensaje envían al querer ser políticos de virales? Dice Mark Thompson en su libro "Sin palabras" que los políticos son publicistas instintivos y siempre andan a la caza de nuevos medios que les permitan una ventaja significativa sobre sus rivales. Dado que estamos ante una degradación del discurso político, han decidido entrar a Tiktok no para dar un mensaje sino demostrar que ellos mismos son el mensaje: para demostrar que en el fondo ellos no son políticos sino son alguien cool en que el electorado puede confiar.

Dice Thompson que difícilmente alguien cuestionará a su gremio rompiendo con él, por ello, para decir que son antipolíticos y que son diferentes, se vuelven tiktokeros para ganar votos. Pero muchos se están montando a esta ola sin entender que están haciendo y siguen enviando el mismo mensaje: todos los políticos son iguales.

Así que, estimado lector, si aún no sabe por quién votar, no se base en los vídeos de los candidatos bailando sino escuchando sus propuestas y contrastándolas, que para ello ya hay herramientas que el ayudarán a clarificar las ideas como el Observatorio electoral de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ o el proyecto de Voto Informado de la UNAM, donde también participa la UAQ.

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