Así es, inició la temporada de vendimia, y con ello mil y un motivos para degustar una buena copa, ya sea de visita en alguno de los 41 viñedos que existen en nuestro amado Querétaro, o bien disfrutando de una botella con excelente compañía en casa, por supuesto seleccionada de entre las cerca de 300 etiquetas de vino que existen en la región. Ahora imagínense si no tenemos buenas razones para hacerlo, desde que Querétaro cuenta con el primer cluster vitivinícola del país, hasta la Escuela de Vino del Altiplano propia del estado.

A lo largo de los años hemos visto el gran crecimiento que ha tenido desde la zona de Tequisquiapan, Ezequiel Montes (Bernal y Cadereyta), y el Marqués, la zona más cercana a la Ciudad. Son cerca de 600 hectáreas de cultivos vinícolas que además, en conjunto con los 250 hoteles y cerca de  5 mil habitaciones y las 11 queserías artesanales, hacen equipo para consolidar el turismo con la bienaventurada Ruta del queso y el vino. Cabe decir que tenemos distintas fechas para el inicio de la vendimia a lo largo de la República, principalmente en las zonas de Baja California y el afamado Valle de Guadalupe; en México existen 14 estados productores, en los cuales se cultivan 18 variedades; Aguascalientes, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, Puebla, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas.

Como en todo, existe lo bueno, lo malo y lo feo, y no  podemos dejar de lado una de las problemáticas más comentadas por algunos de los productores, sobre el costo de las entradas a los festivales y el consumo, ya que en ciertos eventos han llegado a ocurrir altercados o accidentes. Para quienes son asiduos a los festivales y al tradicional festejo en el inicio de esta productiva temporada, no me dejarán mentir que hace algunos años, los viñedos de nuestro estado tenían un costo de entrada muy económica para todos los asistentes, incluso recibías una copa de bienvenida y podías consumir a manos llenas pues no era tan caro como ahora, además de que los horarios al cerrar cada vinícola cambiaron considerablemente, antes podías retirarte como diríamos coloquialmente “hasta que se fuera el último comensal”. Sin embargo, con el paso de los años las cosas fueron cambiando, pues los costos aumentaron considerablemente, de tal manera que ya no es tan accesible.

Platicando con un pequeño productor en la zona de Ensenada en Valle de Guadalupe, decía que este incremento se debía precisamente a que quienes asistían lo hacían parecer “una cantina gigante” en lugar de apreciar la cultura vitivinícola, por lo que algunos productores dejaron de dar la copa de bienvenida de manera “gratuita”. Por otro lado, el horario se fue reduciendo debido a que la mayor parte de los asistentes tenía que tomar tramos de carretera y obviamente muchos no respetaban la regla del conductor designado; ahora, por muy tarde, sales de un viñedo en temporada de vendimia alrededor de las 6 de la tarde, sobre todo si es un evento agendado.

Reitero, todo tiene sus pros y sus contras, así que el comentario que recibí en su momento sobre la seguridad, el consumo y cómo debemos apreciar la cultura vitivinícola, hace sentido. Mi recomendación es que al menos una vez nos demos oportunidad de conocer todo lo que existe alrededor, tomar el tour y cultivarnos al respecto antes de degustar una buena copa de vino, les aseguro que lo disfrutarán mucho más.

*Periodista y conductora
Premio Nacional de Locución 
otorgado por la ANLM
Twitter @NatividadSanche
Facebook.com/NatividadSánchezB

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