Durante prácticamente 90 años, vivimos una democracia simulada, el ejercicio del voto era absolutamente estéril al momento de decidir a nuestros representantes populares y en caso de que la voluntad del pueblo mexicana difirierá de los planes trazados por los grandes grupos de poder que dominaban la vida pública de México, la maquinaria de mercenarios se echaba andar para reprimir aquellos que abiertamente disentían con el gobierno en turno y de este modo cancelar cualquier posibilidad de alternancia genuina en la administración federal.

Por ello y con justa razón desde que el totalitarismo priista trabajaba bajo todo tipo de artimañas su continuidad al frente del Poder Ejecutivo, existió sin mucha gloria una oposición que denunciaba de manera constante los abusos que ejercía la mafia que se había apoderado de México, casos como el de Demetrio Vallejo o Heberto Castillo son sólo un ejemplo del esfuerzo popular que durante décadas se realizó con la finalidad de democratizar la vida política de nuestro país.

Con estos antecedentes el movimiento iniciado en la parte final de la década de los ochenta fue decisivo para que personajes como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Andrés Manuel López Obrador incursionaran en la política a nivel nacional, representando una auténtica opción de cambio, esto a pesar de los tres fraudes electorales que impiden la llegada de un gobierno progresista al frente de la administración federal. Afortunadamente el pasado julio del 2018 vivimos un hecho histórico en la historia de nuestra democracia, el triunfo del compañero Presidente de la República Mexicana, significa un triunfo de la voluntad del pueblo, teniendo como base la participación ciudadana masiva que se vivió en los comicios de ese año.

Hoy a dos años de aquel triunfo somos testigos que el pueblo mexicano continúa siendo el protagonista del cambio de régimen que vivimos, siendo imprescindible su participación en las decisiones sobre el rumbo que toma nuestra nación, para muestra de ello hay que observar el fenómeno relacionado con la cantidad de firmas recabadas para llevar a juicio a los expresidentes, más de 2 millones de mexicanas y mexicanos expresaron su respaldo a una iniciativa que respalda la misión de no permitir que nada ni nadie esté por encima de la ley.

Esto sin contar los más de 4 millones de boletos vendidos para la famosa rifa del avión que tiene como objetivo principal el fortalecer al sector salud a través de la adquisición de equipo médico y por supuesto el exhibir los excesos bajo los que operaba y vivían los políticos responsables de dejar a un México en cenizas, el mismo que AMLO busca reconstruir a través de la honestidad, el trabajo, la austeridad, la no corrupción y por supuesto la participación de las y los mexicanos.

Estamos ante ese momento histórico que esperamos durante décadas y es de vital importancia el no bajar la guardia ante los embates de la nueva oposición, que limitada a ejercer solo como una fuerza política, busca desestabilizar los grandes esfuerzos que el actual Gobierno de México realizó día con día. Una vez más el pueblo mexicano dejó en claro que tiene memoria y que está dispuesto a fungir como factor decisivo en el camino que día con día se labran con la  finalidad de que la Cuarta Transformación Nacional sea una realidad en cada rincón de nuestro país.

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