Es costumbre de los antorchistas del estado y del país, entregar con tiempo a los ayuntamientos, gobiernos estatales y autoridades federales, los pliegos petitorios que contienen las necesidades más urgentes y elementales de la población que se va incorporando a nuestro movimiento. Conviene señalar que, con toda responsabilidad, se revisan cada una de estas demandas, procurando que sean justas, que estén consideradas por la constitución como necesidades que deben ser atendidas por los gobiernos y, finalmente, se consideran tiempos prudentes para su ejecución, de manera que no se piense por las autoridades, que hay mala fe o deseos de inventar necesidades.

Así es como hace poco más de un año, a escasos días de haber ocupado sus respectivos puestos de gobierno, los antorchistas queretanos entregaron sus pliegos de necesidades a todos los alcaldes, y el gobierno estatal no fue la excepción. A los ayuntamientos, como es lógico porque sus recursos no son grandes, se han solicitado obras pequeñas como electrificaciones, ampliaciones de obras de agua potable y alcantarillado, pavimentación de calles, regularización de asentamientos, etc., con la aclaración incluso de que los ciudadanos están en la disposición de aportar trabajo o pequeñas cooperaciones para hacer, de manera conjunta, más obras con menos recursos.

Al gobierno estatal se han solicitado obras que benefician a miles de familias queretanas, acordadas hace siete años con el gobierno anterior, como la conclusión de la obra de agua y drenaje en varias colonias de La Negreta, Corregidora, con 110 mdp aportados por el gobierno federal; drenaje sanitario y planta de tratamiento para las comunidades de Pie de Gallo, Santa Rosa Jáuregui y El Saucillo, municipio de Colón; la construcción de una obra de agua potable en Agua Fría, municipio de Peñamiller; letrinas para familias de los municipios de Tolimán y Colón, la construcción de obras con recursos etiquetados en el Proyecto de Egresos de la Federación gestionados por diputados antorchistas y simples proyectos para gestionar recursos para otras obras en dependencias federales.

Pues bien, después de un año de antesalas, gestiones, entrevistas y en algunos casos, mesas de negociaciones, no se ha logrado avanzar gran cosa. Salvo contadas excepciones, los alcaldes que se siente reyezuelos, de Querétaro, Colón, Cadereyta, Ezequiel Montes, Tequisquiapan, Tolimán, Pinal de Amoles y Huimilpan, han hecho oídos sordos a las peticiones de la gente organizada en Antorcha Campesina y de los no organizados con mayor razón. Están tan metidos en lo suyo que no recuerdan ni sus promesas de campaña. Y en el caso del gobierno del estado, aunque ha habido una relación de cordialidad y mucho respeto, y de que se ha hecho el compromiso de resolver lo elemental, es muy poco lo avanzado. Por todo esto, obligados, los antorchistas del estado, en los próximos días, saldrán a las calles a solicitar la urgente intervención del gobernador Francisco Domínguez.

En 2017, dicen casi todos los funcionarios que les toca responder a los queretanos organizados en el Movimiento Antorchista, será un año malo debido a los recortes instrumentados por el gobierno federal en varias dependencias, consecuencia de la caída de los precios del petróleo. Pero, pregunto yo, ¿cuándo le ha ido bien al pueblo, a pesar de que es el que los mantiene? Gobernantes de un color y otro entran y salen, y todos, o casi todos salen, con gigantescos ranchos, con lujosas mansiones en México y el extranjero, con carísimas obras de arte, con grandes yates y dinero suficiente para darse vida de reyes, educando a sus hijos en las mejores universidades del mundo, etc., mientras el pueblo que lo paga todo, carece de alimento, se alumbra con velas y bebe agua de pequeños charcos. ¡Insostenible!

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