¿Quien manda es diferente a quien gobierna? Desde luego. Y los ciudadanos lo deben tener absolutamente claro.

Botín de políticos en campaña, masa acarreada para mostrar ‘fuerza’, llenar plazas y manifestaciones, la ciudadanía es manipulada y usada. ¿O era?

Demasiados años adorando políticos como deidades oscuras y caprichosas. Viendo —de ‘lejitos’— cómo impunemente obtienen un progreso meteórico, sorprendente, descarado e irrespetuoso.

Empoderar, que en la definición más llana significa ‘darle poder a alguien’, es el concepto elemental que debe reflexionar la ciudadanía. Ahí está el detalle, la parte fina de ejercer el poder ciudadano.

Hace unos meses, en el último proceso electoral, la ciudadanía empoderó políticos. Les dio —sí les dio— la oportunidad histórica de administrar la justicia, el crecimiento y el dinero público de todos los mexicanos.

Los políticos son empleados del pueblo.

Son ‘mandatarios públicos’, tienen el mandato de la ciudadanía para subirse a la Suburban blindada, para sentarse en la cómoda silla de la oficina grande, para usar el celular y pagar con dinero público las comidas en donde deberán hacer acuerdos, en favor de los ciudadanos.

El propio sueldo, los seguros de vida y la gasolina es pagada con dinero de nuestros impuestos.

Tenemos que entender, con gran claridad, que son nuestros empleados. Por más gobernador, alcalde, diputado o senador que sea. Es su empleado.

No le espante, no le asuste. Asimile el poder ciudadano que tiene usted.

Tal poder que en sus manos está la alternancia, el cambio, la democracia, la justicia, la equidad. No son los partidos, son los ciudadanos los que tejen una sociedad justa.

Espantados, muy preocupados deberán estar los políticos, que hoy con tantos ciudadanos exigiendo controles y transparencia, en una coyuntura tan digital, tan democratizadora, tan opinadora, los juzgan a cada segundo.

Hoy, las pruebas que tienen que pasar los políticos, son diarias, exigentes y críticas. El poder ciudadano, manda y exige responsabilidad, eficacia, transparencia y honestidad.

Si hay supervisión ciudadana, si la ciudadanía tiene claro que es la que manda y los empleados nos salen medio buenos, habrá menos pillos y más progreso.

Periodista

pedropablo.tejada@gmail.com

@PedroPabloTR

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