El “Deal of the Century” fue finalmente presentado. La total ausencia palestina en la ceremonia fue elocuente. No se trata de un acuerdo de paz, sino de un proyecto que, en todo caso, podría funcionar como una base para negociaciones futuras. Pero para ello, primero habría que ver si hay forma de iniciar esas conversaciones, lo que por ahora parece improbable. Y segundo, si de verdad eso se lograra, seguramente el resultado sería un plan muy distinto. Así que, de paz no estamos hablando por ahora. Van algunos apuntes:

1. Lo primero es separar el plan y el proceso de su construcción del acto político que es su publicación. A pesar de que al inicio la Autoridad Nacional Palestina sí estaba involucrada en las conversaciones, sus desacuerdos se fueron haciendo evidentes hasta que prácticamente se retiró del proceso.

2. El anuncio del plan justo en este momento político obedece a factores internos tanto en Israel como en EU. Por un lado, el Impeachment de Trump. Pero, además, este plan representa una de las mayores promesas de campaña del presidente. Netanyahu, por su parte, también está en un proceso electoral, y enfrenta sus propias acusaciones por corrupción.

3. Ahora bien, el proyecto tiene la virtud de volver a colocar sobre la mesa la fórmula de “dos estados para dos pueblos”. Basado en un reconocimiento jurídico de una realidad que existe de facto, el plan busca atender uno de los factores que bloqueaban las negociaciones previas: garantizar la seguridad de Israel mediante la anexión de franjas territoriales en Cisjordania que en teoría pertenecen a Palestina. Israel se comprometería a detener la construcción de nuevos asentamientos ilegales, y, teóricamente, a finalizar la ocupación (de lo no anexado). El desarme de Hamás y la Jihad Islámica en Gaza, así como la restitución del control del gobierno palestino en esa franja, son partes del plan que han sido bien valoradas.

4. No obstante, se permite a Israel anexar todos sus asentamientos ya existentes en Cisjordania, lo que vulnera la continuidad territorial palestina. Además, se permite a Israel la anexión de Jerusalén. A cambio de eso, Israel cedería porciones de su territorio como intercambio, y Trump se comprometería a recaudar 50 mil millones de dólares en inversión para el estado Palestino.

5. Este plan ha producido el absoluto rechazo palestino, El riesgo mayor en este sentido, es que cuando una de las partes en una negociación resulta aislada, esa parte tiende a radicalizar su posición. En días previos se pudo observar el anuncio de una postura unificada entre los liderazgos de Hamás y la Jihad Islámica con la Autoridad Nacional Palestina, normalmente más moderada.

6. El rechazo palestino no era ningún secreto. Sin embargo, una vez revelado el plan, la situación actual otorga a Trump y a Netanyahu la posibilidad de adoptar medidas unilaterales bajo la salida de que la parte palestina se niega siquiera sentarse a conversar.

7. En cuanto a reacciones internacionales, la realidad es que casi nadie quiere actualmente tener que enfrentarse a Trump. Hay muchos países y actores que ya tienen sus propios problemas con EU, y prefieren elegir sus batallas.

8. En resumen, el proyecto del “Deal of the Century” no había iniciado mal en 2017. Pudo haberse convertido en una oportunidad para explorar puertas distintas y reactivar las negociaciones. Actualmente, sin embargo, lo que tenemos es un plan que funciona esencialmente como instrumento político pero que no pacificará del conflicto. De hecho, posiblemente podría operar en sentido contrario.

@maurimm

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