Los astros se le han venido alineando a Obrador, pero sus adversarios han hecho más: le han venido allanando el terreno de manera involuntaria y muy eficaz. En primer lugar, las elecciones del Estado de México y Coahuila en 2017, que oficialmente favorecieron al PRI, quitaron credibilidad a las autoridades electorales, dando la razón a Amlo en cuanto a sus críticas a las instituciones. Pero un error más grave del PRI fue haberse impuesto en Coahuila en perjuicio de su aliado de otras ocasiones, el PAN, lo que dio pie a una confrontación entre ambos partidos. Eso ha beneficiado a Obrador, pues los ataques a Ricardo Anaya le han costado puntos. Y la injerencia de la PGR en el proceso, lejos de hacer crecer a José Antonio Meade, lo perjudicó. Desde luego, la cooperación eventual entre PRI y PAN para detener a Amlo se ha dificultado y podría incluso ser imposible (o tardía). Y la protección del gobierno federal a César Duarte y Alejandro Gutiérrez también reduce las posibilidades del PRI y le ayuda a López Obrador.

Los conflictos dentro del PAN también han ayudado a Amlo, pues la forma en que Anaya impuso su candidatura provocó la ruptura de Margarita Zavala y el descontento de muchos. Eso manchó la imagen de Anaya y le resta posibilidades de competir contra Amlo. Muchos potenciales priístas difícilmente votarían por Anaya en caso de que Meade quede rezagado. Y a Zavala poco le importó que su salida pudiera favorecer a López Obrador; su prioridad es detener a Anaya: quienes rivalizan contra López Obrador no se cansan de pelearse entre sí. Y surge también la sospecha de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación recibió la instrucción de habilitar a Jaime Rodríguez, El Bronco, para restarle algunos votos a Amlo: El Bronco se presenta como otro candidato antisistema. Tan torpe decisión podría ser contraproducente, pues le da la razón a Obrador sobre la putrefacción institucional y de lo poco confiable del Tribunal, y generó tensión y enojo en muchos ciudadanos, lo que en general perjudica a Meade y favorece al verdadero candidato antisistema: Amlo.

Además no es claro que El Bronco en realidad quite votos a Obrador; quienes por éste han decidido votar difícilmente cambiarían su voto por un candidato que llega sumamente desprestigiado. Sería irracional. En cambio puede contribuir también a fragmentar el voto anti-obradorista. Si el PRI pretende dispersar el voto suponiendo que eso le favorece, no se ha percatado de que dicha fragmentación favorece al puntero. E incluso Vicente Fox, con sus lamentables tuits, le ayuda a Amlo. Así, pues, todos los adversarios de Amlo parecen estar trabajando de manera coordinada y con mucha eficacia… para impulsar el triunfo de su común rival.

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