Hace días que no me conecto al portal de la universidad, las cosas van bien, si no ya me hubieran llamado. Las calificaciones del “cuatri” están ya cargadas, los profesores están avanzando de manera consistente, ya en su octavo año, en el programa institucional de formación docente, algunos están regresando desde principio de año de los posgrados, maestrías, doctorados o certificaciones, que estudiaron en el extranjero, otros por el contrario, parten en breve para formarse y alcanzar un perfil adecuado para la formación que se imparte en la universidad.

Las obras de infraestructura educativa y de laboratorios que se encuentran en proceso en la institución dan cuenta, cómo está sucediendo en la gran mayoría de las organizaciones educativas públicas del país, de la consistencia de las políticas de incremento en las capacidades físicas educativas en las que el gobierno, en todos sus niveles, invierte desde hace más de diez años.

Los indicadores de desempeño hoy se enfocan mucho más en el logro educativo, el impacto social, económico y científico nacionales e internacionales, que en meras cifras inconexas y números alegres que permitían acceder a financiamientos extraordinarios. Desde hace más de una década las instituciones somos evaluadas por esos impactos y contamos con esquemas muy ejecutivos, confiables, claros y transparentes para el seguimiento de todas las funciones sustantivas institucionales.

El ambiente se antoja de mucho trabajo, pero sobre todo de enfoque, a todo el sector educativo le ha venido súper bien la política educativa que impera en el país desde hace años, que lejos de ser un discurso más, se ha transformado en una serie de programas institucionales a nivel nacional que buscan mejorar sustancialmente la calidad de la educación en todos los niveles y modalidades.

Los profesores no necesitan exigir como otrora, hoy su trabajo es significativamente más valorado y remunerado en consecuencia; ser profesor o trabajador de la educación es algo que enorgullece a cualquiera y la formación docente de cualquier nivel es una carrera ardua, noble y de gran impacto de manera transversal para todo el país.

Por fin, el campus universitario en apenas diez años casi se ha concluido, en tiempo récord, por la invaluable aportación de diversos sectores de la sociedad, principalmente el industrial que, motivado por la política educativa nacional que reconoce de muy diversas maneras la participación empresarial, ha permitido acelerar el paso al tiempo que facilita la creación de alianzas o mejor dicho ecosistemas de desarrollo que impulsan y fomentan el reconocimiento y el mérito por sobre todas las cosas.

Desde hace diez años venimos construyendo, todos,  sociedad y gobierno, condiciones en las que la equidad, la tolerancia y la libre y respetuosa expresión de las ideas, no debe hacerse mas ya desde el anonimato digital, o aprovechando una responsabilidad pública o privada, comprometiendo el estado de derecho. La ley vuelve a ser la principal garantía de las individualidades que nos enorgullecen y hacen el gran pueblo que somos.

Así desperté esta mañana, con una gran sensación y necesidad de vivir esta simplista descripción, con años viviendo el vaivén público, pero con la emoción de seguir volando #DesdeCabina, una que se esfuerza día con día, junto con la tripulación de esta aeronave, de mantener el rumbo y sueño de muchos, que como yo, creemos en ese México con educación. No es imposible.

@Jorge_GVR

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