Una llamada de auxilio llegó ayer en la madrugada. Era la 01:55. El policía tercero Daniel Contreras, encargado de la patrulla MX 618 N1, atendió el llamado: en la colonia Tres Estrellas, de la alcaldía Gustavo A. Madero, una mujer de 39 años estaba siendo salvajemente golpeada por su marido, José de Jesús “N”.

La llamada llegaba de madrugada, en plena emergencia sanitaria por el Covid-19, en una ciudad en la que gran parte de los habitantes se había atrincherado en sus domicilios por temor al contagio.

La víctima, Elizabeth “N”, había hallado en su domicilio algo tal vez más peligroso que en las calles.

El DIF de Durango anunció —también ayer— que en los últimos días las denuncias por violencia intrafamiliar aumentaron en el estado 20 por ciento. Al mismo tiempo, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, afirmó que tenía en la mano indicadores “de un aumento en la violencia intrafamiliar debido al aislamiento y la crisis económica que se vive en algunas familias y hogares”.

Hace menos de 20 días la violencia contra las mujeres dominaba la conversación. El país se conmovía con la marcha protagonizada por miles de mexicanas contra el feminicidio, la violencia de género. El #UNDÍASINNOSOTRAS dejaba inquietantemente vacías las calles de México.

La epidemia de Covid-19, que a la fecha ha dejado más de 21 mil muertos en el mundo, no solo robó visibilidad a la tragedia: obligó a cientos de miles de mujeres a regresar al lugar más peligroso para ellas.

Está probado que la violencia doméstica arrecia en momentos de crisis, de pandemias, de desastres naturales. En China, donde el Covid-19 contabiliza alrededor de 81 mil contagios, se triplicaron los casos de violencia intrafamiliar. El Clarín advirtió hace unos días que el encierro forzoso por coronavirus iba a aumentar los casos de violencia contra mujeres y niños en Argentina.

El jueves pasado en la Secretaría de Gobernación hubo una reunión de emergencia. Además de la titular de esa cartera asistió personal del Conavim, el Conapred, el DIF, Indesol e Inmujeres.

La reunión trató del riesgo en que la epidemia iba a poner a las mujeres, a las niñas, los niños y los adolescentes. Se decidió trazar un plan de contingencia para enfrentar lo que inevitablemente ha de venir, lo que inevitablemente ya está ocurriendo.

En España se ha considerado, entre los servicios esenciales que el gobierno debe ofrecer durante el confinamiento, la existencia de números de asesoramiento y emergencia, la instalación de un chat instantáneo que preste ayuda a las víctimas de violencia familiar, el funcionamiento permanente de los llamados juzgados de violencia contra las mujeres, la apertura de alojamientos seguros, servicios de atención y centros de emergencia.

La secretaria Sánchez Cordero señaló que el próximo viernes dará a conocer en Palacio Nacional durante la conferencia mañanera, los datos sobre este tema. Dijo también que el gobierno adelantará campañas de prevención de violencia contra mujeres, niños y niñas.

“Hemos estado detectando que dentro de las familias puede detonarse la violencia, precisamente porque están hacinados en un solo cuarto, y estamos tratando de proteger a los niños y a las mujeres. También el impacto económico puede traer violencia intrafamiliar con mayor grado”, explicó.

Las cifras de violencia doméstica, correspondientes a 2019, son de terror. El 63.5 por ciento de estos hechos tuvo como protagonista a una persona que poseía algún parentesco con la víctima.

En 2019 se registraron 71,823 agresiones cometidas contra mujeres, niños, niñas y adolescentes, en las que los responsables eran los padres de las víctimas. Ese año se contabilizaron 63,494 agresiones cometidas por los cónyuges.

La mayor parte de las violencias contra mujeres adultas (99,380) las provocó alguien que tenía algún parentesco con ellas.

En 2019, 75 por ciento de las lesiones contra niños, niñas y adolescentes ocurrieron dentro de su hogar.

A esto se suman los números negros que provocaron la marcha del #8M: los feminicidios aumentaron 96 por ciento en los últimos cuatro años.

El número de niñas y adolescentes violadas entre 2015 y 2019 creció, mientras tanto, 87%.

Ante la emergencia, el gobierno que cerró refugios para mujeres violentadas, y cerró también estancias infantiles, acaba de mandar a las mujeres mexicanas a cuidar a sus padres.

Ojalá que los datos que la secretaria Sánchez Cordero presente el viernes le abran los ojos a quien tienen que abrírselos. De lo contrario, el machismo podrá matar más mujeres que el coronavirus.

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