Viernes 22 de noviembre, la Cámara de Diputados cumplió 11 días de bloqueos, diversos grupos y asociaciones mayoritariamente campesinas mostraron su inconformidad con lo establecido en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2020. El bloqueo a los accesos del Palacio Legislativo de San Lázaro tuvo como finalidad retrasar la discusión y aprobación del proyecto de presupuesto del siguiente año, al menos hasta que sus demandas fueran atendidas. La instrucción girada desde Palacio Nacional para las y los diputados del grupo mayoritario -y agregados- fue no modificarle ni una coma al proyecto enviado por la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, al principio la consigna no encontró el eco esperado, al contrario, en días pasados un grupo amplio de legisladores de Morena, PES y PT dieron un espaldarazo al Jefe del Ejecutivo.

El jueves 7 de noviembre el presidente reunió en Palacio Nacional a algunos legisladores de las bancadas que él controla (o que hasta ese momento creía controlar) puso sobre la mesa el proyecto de presupuesto próximo a aprobarse, lo que vino después no tiene precedentes; un Andrés Manuel por demás molesto abandonando —sin despedirse— la sala en medio de una reunión que él había convocado, ¿el motivo? las rechiflas tras la eliminación de algunos conceptos y partidas que facilitan la labor de gestión en nuestras respectivas demarcaciones, el detonante fueron los reclamos que acusaron al proyecto contemplado para 2020 como un instrumento esencialmente clientelar. “¿Será que aquí hay corruptos?”, preguntó el presidente, la amenaza vino después: “Hay algunos que se están volviendo conservadores, y créanme, no les conviene” el jefe del Ejecutivo Federal no pudo acallar las rechiflas que conforme avanzaba la reunión aumentaban y en medio de gritos abandonó el salón.

El 22 de octubre alrededor de las 6:00 a.m alcaldes de distintas fuerzas políticas de todo el país se dieron cita en Palacio Nacional solicitando un aumento a diferentes ramos que sufrieron recortes o fueron eliminados del todavía proyecto de presupuesto, los recibieron con “una dosis moderada en el ambiente de gas lacrimógeno”. Más tarde el presidente les diría que se equivocaron de puerta, que si querían más presupuesto debían acudir al Poder Legislativo. El municipio es el primer orden de gobierno que atiende necesidades básicas de la ciudadanía, la eliminación y los recortes a partidas presupuestales esenciales para la vida de los municipios —el ramo 23 y el 28— que contempla el PEF son por demás preocupantes, afectarán a 2 mil 440 municipios, la eliminación y recortes a estas partidas presupuestales imposibilita la realización de obras de infraestructura que activan la economía local y la generación de empleos, así mismo ponen en riesgo servicios públicos básicos: drenaje, pavimentación, recolección de basura y seguridad pública.

La madrugada del viernes 22 de noviembre los diputados de Morena y sus aliados aprobaron el Presupuesto de Egresos de la Federación para el siguiente año. Nueve programas gubernamentales recibirán en conjunto casi 30% más de que lo que recibieron este año (casi 250 mil millones de pesos adicionales), el presupuesto destinado a los programas estrella del actual gobierno es superior a los recursos que se destinarán al rubro “Salud para Todos” y es casi dos veces el presupuesto proyectado para los organismos autónomos como el INE, CNDH, IFT o Inai, los cuales se prevé que en conjunto cuenten con apenas 139 mil millones de pesos.

Bajo la bandera del “combate a la corrupción” el presidente ha dicho que los apoyos serán entregados de manera directa a los ciudadanos, sin embargo la prioridad del gobierno es repartir dádivas como nunca, comprar voluntades a través de programas sociales sin reglas de operación; fortalecer una estructura clientelar a costa de todo, convertirse en el gran benefactor, centralizar y afianzarse en el poder tanto como le sea posible. Pensaron que sería sencillo pero encontraron una barrera infranqueable al interior de su movimiento donde cada quien persigue y defiende sus propios intereses.

Diputada federal del PRI