En Querétaro, los gobernadores no se han identificado plenamente con el partido político de aquel donde supuestamente han llegado al poder. Es indiscutible que varios gobernadores sólo se han sentado en la silla por sus apellidos y gracias a los grupúsculos de gran poderío económico y algunos, financiados por entes contrarios a la ley. Ya lo he escrito y lo repito, Pancho Domínguez es una buena persona, víctima de la gentuza que le rodea y llegó a transitar, de los golpes y patadas, en la toma de protesta de la presidencia robada por el tal Calderón, para terminar (Pancho) su sexenio con “amor y paz”, opuesto al cártel de gobernadores, que no comulgan con el pacto fiscal y, exhortándolos al diálogo.

La decisión de Santiago Nieto, en mancuerna con López Obrador, de mantenerse en la UIF, es lógica. Santiago Nieto, de haber llegado a la gubernatura de Querétaro, se vería obligado para investigar las toneladas de corruptelas, sólo en Querétaro; empero, desde la UIF, con amplio margen de maniobra y gozando de extensas de facultades legales, ahora sí, seguirá apoyando a AMLO en su lucha férrea para el combate contra la corrupción, en todo México y, por supuesto en Querétaro. La llegada de Gilberto Herrera, (siempre incómodo en la Casa de la Corregidora) como posible candidato de Morena, es una prístina señal y dura decisión de llevar las políticas sociales de la 4T, desde abajo, es decir, con los más necesitados, pues ha recorrido (a pie) casi todo el territorio de Querétaro, conductas contrarias a Mauricio Kuri, quien no se mancha sus manos, saludando a los pobres con la mano, empero, sus manos están manchadas por… otras circunstancias.

El lugar dejado por Gilberto, tal vez será ocupado por Celia Maya, aspirante a todos y ganadora de nada; empero, veremos si tiene la misma inteligencia, tenacidad y humildad de Gilberto y caminar por la senda abierta por el doctor; lo dudo, pero démosle la oportunidad. En la contienda electoral mi estimado Mario Delgado tendrá una participación definitiva, para romper los vicios, corruptelas y mediocridades, en ese coctel siniestro que se llama Morena. Los acostumbrados a venderse por unos cuantos centavos, salir frente a los reflectores, ya tuvieron sus cinco minutos de gloria, pues es hora de la real politik y, tal vez, no lo sé de cierto transitar al Dasein expuesto por Heidegerr. (Continuará).

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