En estos días hemos observado en Querétaro que un candidato a gobernador del estado insiste en publicitar la presentación de sus declaraciones patrimonial, fiscal y empresarial ante la sociedad; en principio pareciera plausible el argumento, sin embargo se trata de una falacia con la que se pretende engañarnos como ciudadanos.

En primer lugar, debe imperar el respeto por la cultura de la legalidad. Ninguna persona o institución puede exigir que se incumpla la ley por marketing político en aras de conseguir votos. Las preguntas obligadas son cuando estos personajes tuvieron alguna otra responsabilidad ¿pensaban lo mismo? ¿Son ciertas las declaraciones presentadas? ¿Ya se cuenta con el dictamen favorable de las autoridades? ¿Existe algún fraude a la ley?

No es desconocido para la clase política las mil y un maneras en que se pueden eludir este tipo de obligaciones. ¿No es cierto que se afirma, para infortunio de este país, que todo se puede y que la cárcel es para los pobres? El ciudadano es inteligente. Existe una estructura jurídica y articulada que debe cumplirse y ésta no se encuentra a capricho de mercenarios de la política que intentan desestabilizar el proceso electoral local.

Es falso el debate de las declaraciones; es increíble que el acento de las campañas esté puesto en una parte subjetiva. En lo que algunos actores discuten el tema, están pasando los días para escuchar propuestas, atender peticiones y; sobre todo, revisar y trazar estrategias de frente a los problemas reales de la ciudadanía. De por sí, ya es muy lamentable que el debate que organiza el IEEQ solamente sea “de manera oficial” en la cuna empresarial, y no así, en nuestra querida Universidad. Parece que el doble juego de algunos consejeros se evidencia, a pesar de ser egresados y “connotados” profesores. Por cierto, veo en franca campaña y asesoría jurídica a dos magistrados supernumerarios del Tribunal Electoral local al amparo de sus padrinazgos políticos. En fin. Urge una contra reforma electoral.

Regresando al tema medular de esta columna; es cierto, la transparencia y la rendición de cuentas son elementos de legitimación cuando son encausados a la finalidad de combate a la corrupción, no cuando se levantan como cortinas de humo para distraer la atención. Han errado la estrategia quienes apostaron por minar a las instituciones. La ética, el trabajo y el cumplimiento a la ley es lo que, al final del día, prevalecerá sobre aquellas cuestiones subjetivas que intentan confundir.

La elección debe ganarse en las urnas, no en los tribunales, mucho menos con guerra sucia; si bien pareciera legítimo el reclamo de presentar las declaraciones públicas en “público”, es mejor y de índole cualitativa, revisar las acciones y la trayectoria de vida de cada candidato.

La ética es una ciencia que reflexiona sobre la bondad y maldad de las conductas humanas, qué más queremos como ciudadanos sino observar el ejercicio de la función pública de quiénes hoy aspiran a gobernarnos.

La ética de mínimos conmina sólo al cumplimiento de la ley; la ética de máximos a un esfuerzo adicional. Los candidatos cumplen con sus obligaciones atendiendo la ley y mostrándose transparentes ante la sociedad cumplen con el máximo, pero ello no significa que se deba medir solamente por la presentación de un “contenido” en un documento, de ahí la falacia, por ello se necesitan autoridades que validen esos contenidos e incluso sancionen a quien mienta.

A juicio de un servidor este debate es falso, porque está encaminado a enrutarse a la vía electoral, es carente de elementos de fondo y contenido sustancial en las propuestas. ¿De verdad queremos transparencia? Entonces pidamos al INE y al Tribunal Electoral, así como a las Unidades de Inteligencia financiera, que estudien a los actuales candidatos y que emitan un dictamen de su solvencia patrimonial, la cual tendrá seguramente asidero moral en cada una de las concpeciones de los actores del proceso, no dudo que aquellos que se inclinan por una “moralina” sean los primeros en salir lastimados del proceso.

Doctor en derecho por la Universidad Panamericana y especialista en justicia electoral. @cdlocobos

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