El próximo 4 de junio se habrá de elegir a quien se encargará del gobierno de la entidad federativa más poblada y de mayor dimensión en su economía. El Estado de México aglutina a 16 millones de habitantes y participa de manera fundamental en el Producto Interno Bruto del país.

Más allá de lamentable nivel del debate público y lo irrelevante de éste, es fundamental participar y decidir.

Quienes van a definir qué es lo que va a pasar, deben hacerlo con el corazón pero sobre todo, con la cabeza. Dejarse engañar por argumentos falaces y simplistas, resultaría en un gobernante débil e incapaz, con quien los retos serán más difíciles y los problemas más complejos.

El candidato que en las encuestas aparece al frente es Alfredo del Mazo Maza, un joven que se ha probado satisfactoriamente en el ácido electoral, ganó ya la presidencia municipal de Huixquilucan así como la diputación federal; su propuesta es consistente, posible y atractiva y habría que resaltar algo, él ha privilegiado, construir compromisos con los mexiquenses; El salario rosa, más centros de control y monitoreo, video vigilancia en el transporte público, 1.2 millones de nuevos empleos y salarios mejor pagados, son algunas de sus propuestas.

Por otro lado, subida en la imagen de López Obrador, tenemos a Delfina Gómez, una mujer poco conocida en la geografía mexiquense, gobernó el Municipio de Texcoco, con escasa personalidad política propia, siempre ha estado protegida por el padrinazgo político del Cacique del Oriente del Valle de México, Higinio Martínez, a quien sirvió de distintas formas; Asignó de manera irregular contratos por 33 millones de pesos a favor de familiares de su mentor, desvió 36 millones de pesos del fondo de ahorro de los trabajadores depositándolos en la cuenta privada del hermano de su mentor y avaló que se solicitara a los trabajadores del municipio, canalizar 10% de su sueldo para impulsar las labores políticas de su grupo.

Mientras Josefina Vázquez Mota sigue desdibujándose al grado de parecer ya no estar en la competencia y Juan Zepeda gana adeptos, haciéndose del tercer sitio, la parejera entre Alfredo del Mazo y Delfina Gómez, avanza.

Los mexiquenses deberán pensar dos veces si acaso, vale la pena dar un salto al vacío y entregar la responsabilidad de gobernar a quien carece de personalidad política propia, no posee un equipo a la vista, tiene una experiencia administrativa escasa y se encuentra inevitablemente comprometida con quien se ha encargado de descalificar a todo aquel que se atreve a pensar en diferente. Por otro lado, existe la posibilidad de impulsar a un político probado, de resultados, capaz de acelerar la atención de los temas más complejos, dispuesto a consolidar aquello que sabemos funciona e innovar en aquellas materias en donde las respuestas tradicionales han sido insuficientes.

Los mexiquenses tienen la última palabra.

Diputado local, LVIII Legislatura.
Congreso del estado de Querétaro.
Líder de la fracción parlamentaria PRI

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