Ante la creciente violencia de género vista en la ola de feminicidios, casos de maltrato femenino y acoso sexual, y considerando la casi nula respuesta de los gobiernos en nuestro país para afrontar tales males, hace unos días comenzó a propagarse la idea, dentro del activismo feminista, de tener un día sin mujeres. ¿Qué tan significativo es este plan y qué problemas traería?¿Qué actores políticos se han sumado?

Será el lunes nueve de marzo, un día después del Día Internacional de la Mujer, en que este paro nacional tendrá lugar. Se trata de un día sin que las féminas vayan al trabajo, asistan a clase, o salgan siquiera de su hogar con el propósito de hacer notar tanto al gobierno, como a la sociedad, qué pasaría si no existiera el género femenino. Y es que es totalmente legítima su postura, esto es, si no las cuidan ni las protegen el gobierno y la sociedad, entonces es como si no existieran. De esta manera el paro busca hacer notar a las mujeres a través de su inexistencia temporal, cosa que es tristísima y decepcionante.

Y lo digo así porque se tuvo —y tendrá— que llegar a este punto para que la sociedad y gobierno pongan atención a la violencia de género hacia las mujeres y hagan un verdadero cambio. Cada mes, cada semana y cada día sabemos de feminicidios en el país, o de acoso sexual en escuelas y oficinas, o de maltrato a las mujeres en calle y casa, y lo terrorífico es que en una sociedad que se dice moderna y democrática, en donde existe la libertad de opinión y Estado de derecho, no se les dé la importancia necesaria a estas situaciones, empezando por la sociedad y acabando en el gobierno.

No se puede existir sin mujeres, y no sólo es por un tema biológico que muchos simplistas ya habrán pensado, sino porque junto con los hombres, forman parte de la sociedad, que depende de entre sí para su supervivencia. ¿Y qué supervivencia nos estamos dando si nos matamos y maltratamos los unos a las otras? Es risible y decepcionante porque nos vemos como una sociedad atrasada con todas las ideas y prácticas del machismo, de lo patriarcal, de la concepción “desechable” de la mujer y de la idea banal de las relaciones de poder que se traducen en males sociales como el acoso sexual. ¿En un lugar así es donde acaso queremos que las niñas y niños crezcan?

El paro nacional es una idea brillante y enteramente legítima, no cabe duda y este texto intenta evidenciar ello. Pero lamentablemente no quiere decir que no pueda haber problemas, no por las ideas en las que se basa, o su ejecución, o en todo caso por los costos a la economía que ello representaría, no, sino por la retaliación que pueda existir. Si bien universidades, entre ellas la Universidad Autónoma de Querétaro, empresas privadas y el gobierno se han sumado a la causa, eso no significa que exista una generalidad en México. Por ende, podría haber represalias en contra de las féminas, como inclusive ya han anunciado algunos personajes. De nuevo, si no podemos apoyar una causa social legítima e ineludible por su gran relevancia, o al menos tener el mínimo de solidaridad hacia ella, seguiremos siendo una sociedad retrógrada.

En cuanto a los actores políticos, la 4T se ha unido, lo que era de esperarse sobre todo considerando la cantidad de funcionarias públicas de alto nivel que tiene, como Olga Sánchez, Graciela Márquez, María Luisa Alcalde, Eréndira Sandoval, Rosario Ibarra y Claudia Sheinbaum, entre otras; aunque la pregunta aún permanece: ¿qué esfuerzos reales han hecho ellas para cuidar a las féminas? Y vaya, hablando de la oposición política local y nacional, era de esperarse que apoyaran este paro, no por su convicción o ideología apegada a la causa necesariamente, sino para no quedar mal de cara a 2021. La que a nomás no le cae el veinte es a Elsa Méndez, pero bueno, cada quién hace de su vida un papalote y busca cómo quedar en la memoria colectiva.

Twitter @NielsRosasV
niels.rosas@gmail.com

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