En estos días se debate en el Senado de la República la polémica legalización de la marihuana. Un tema que ha estado en la agenda desde hace tiempo y que ahora lo lleva como bandera la mayoría parlamentaria de Morena. Hay que recordar, que antes de la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador, la hoy secretaria de gobierno Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila y el senador Ricardo Monreal Ávila, presentaron ante el pleno de la Cámara Alta la iniciativa para expedir la Ley General para la Regulación y Control de Cannabis.

Mediante dicha iniciativa, se proponía regular la siembra, cultivo, producción, transformación, promoción, distribución, venta, comercialización, portación y consumo del cannabis y sus derivados; para fines personales, científicos y comerciales; así como el control sanitario del cannabis para usos personales, científicos y comerciales. Asimismo, la iniciativa proponía la creación del Instituto Mexicano de Regulación y Control del Cannabis, el cual sería un organismo público desconcentrado de la Secretaría de Salud.

Esta fue una muestra clara de que a pesar de que el presidente López Obrador se ha declarado en contra del uso lúdico de la marihuana en reiteradas ocasiones, su partido ha empujado desde un inicio una iniciativa que tiene mucho más fondo populista y demagógico, que datos duros y objetivos medibles en beneficio de la población. Ahora mismo, todo apunta a que la aplanadora de Morena sin buscar consensos ni someter a votación popular un tema tan importante (como sí lo ha hecho con temas de mucho menor importancia), se dispone a legalizar el uso lúdico de la marihuana.

Resulta lamentable que un tema que puede ser estudiado con rigor, un tema que afecta directamente la salud pública de México y el futuro de las nuevas generaciones, sea legislado de una forma tan improvisada. Los datos de otros países que ya han legalizado la marihuana o que tienen políticas permisivas deberían ser el fundamento del debate. Aquí dos casos:

El National Bureau of Economic Research de Estados Unidos hizo una investigación muy seria respecto a las consecuencias de la legalización de la marihuana. En dicha investigación se analizaron datos de personas que viven en siete estados donde la marihuana es legal. Los resultados no son positivos: el consumo y el abuso de la marihuana aumentó 27%; la frecuencia de consumo aumentó 17%; y la probabilidad de empezar a consumirla aumentó 16%. Y no solo eso, la legalización de la marihuana tuvo como consecuencia que también aumentara 9% el consumo desmedido de alcohol.

En los Países Bajos (Holanda), donde el consumo de marihuana no es legal pero existe una tolerancia que ha hecho que se pueda consumir de forma libre en los coffeeshops, los resultados tampoco han sido positivos. Uno de los principales argumentos a favor de la legalización del consumo de cannabis es que al regular toda la cadena, desde el cultivo hasta la venta final al consumidor, se termina con el narcotráfico (con la consecuente reducción de violencia y criminalidad que eso conlleva). Sin embargo, este argumento no se basa en la realidad.

Recientemente, la Asociación de la Policía Holandesa (NPB por sus siglas en inglés) envío al Parlamento un informe donde se denuncia la existencia de una “economía criminal paralela basada en el tráfico de drogas” y se afirma que Holanda “cumple muchas de las características de un narcoestado”. La NPB pone en el centro del problema precisamente a los coffeeshops donde se consume marihuana. Ha sido alrededor de estos lugares (que surgieron para acabar con la delincuencia) donde han proliferado organizaciones delictivas que la policía no tiene capacidad para desmantelar. Un informe de 2016, elaborado por Europol y el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, apunta en la misma dirección, al considerar a Holanda como el principal núcleo de narcotráfico de todo el continente europeo.

Estos son dos casos de dos países con instituciones mucho más sólidas que las mexicanas, donde la legalización de la marihuana ha tenido consecuencias muy nocivas: tanto en materia de salud pública como en materia de delincuencia. Pensar que con la legalización de la marihuana se resuelven los problemas que tiene México es una ilusión muy alejada de la realidad. Por el contrario, la legalización de la marihuana (como hoy la plantea el grupo parlamentario de Morena en el Senado) es socavar aún más la capacidad de nuestro Estado para brindar salud, bienestar y seguridad a la población.

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