Muy difícil y negativa racha ha tenido el equipo queretano en las últimas semanas, ya son cinco fechas en las que los emplumados no han podido obtener un triunfo, lo que está comprometiendo el ingreso a la fase de repechaje. Sin duda el próximo partido, el clásico, es la mejor oportunidad para retomar el rumbo.

Muchas páginas se han escrito desde los añejos enfrentamientos en el Estadio Municipal o en el Plan de San luis en la Segunda División, que tenía un sabor diferente y particularmente en estos partidos que, al margen de desapariciones, cambios de uniformes y colores, aunado a muchos años de no coincidir en la misma categoría, se jugaban y se deben jugar de manera muy distinta.

Hoy en el papel, tras trece jornadas, los números de ambos equipos han sido de regulares a malos, pero sin duda los plumíferos están obligados a obtener el primer triunfo de visita para continuar en la pelea por un boleto en el repechaje.

Los antecedentes históricos de alta rivalidad entre ambos equipos y aficiones, hoy solamente desbordara la pasión a través de los medios de comunicación y redes sociales, donde todo debe  quedar solamente en la enorme rivalidad deportiva, demostrando nuestro apoyo incondicional; en estos complicados y distintos tiempos para todos, la violencia debe quedar a un lado en cualquiera de sus expresiones.

Si bien ser de Gallos Blancos es literalmente una forma de vida que pocos entendemos, tampoco generemos odio o burlas antes o después, demostremos una vez más lo grandes que somos como afición.

Así como han pasado cientos de jugadores, equipos, directivos y dueños —con pocas excepciones— lo que pase a favor o en contra, solo nos importará siempre a nosotros.

La Frase. “Rara vez el hincha dice ‘Hoy juega mi club’, más bien dice: ‘Hoy jugamos nosotros’. Bien sabe ese jugador número 12 que es él quien sopla los vientos de fervor que empujan la pelota cuando ella se duerme, como bien saben los otros once jugadores, que jugar sin hinchada es como bailar sin música”, Eduardo Galeano.

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