La semana pasada analizábamos cómo llegaba el gobernador Francisco Domínguez a su Cuarto Informe de Gobierno, el inicio del quinto año que marca su cúspide como gobernante y también el punto de inicio de su declive porque ya en el sexto año la atención la acaparan los precandidatos y las campañas electorales para sucederlo.

Sosteníamos que el gobernador llegaba con varios frentes abiertos en donde resiente derrotas como el anuncio de la cancelación de la construcción del Eje Zaragoza de Qrobús, al cual tuvo que ceder ante la presión de vecinos y organizaciones civiles; esto, sumado a las protestas por el transporte público, lo obligaron a dar un golpe de timón y anunciar una tarifa preferencial (estudiantes, personas con discapacidad y adultos mayores) de dos pesos, la cual iniciaría a partir del año entrante.

Pero dejemos eso de lado y reflexionemos sobre otros hechos que de momento pudieron pasar desapercibidos pero vale la pena comentarlos aunque ya haya pasado más de una semana.

Lo primero es la presencia de Diego Fernández de Cevallos (¿A estas alturas de la historia, aún habrá algún despistado que le siga llamando “Jefe Diego”?). En otro momento no hubiera llamado demasiado la atención pero por las declaraciones que hizo el alcalde de Colón a esta casa editorial nos enteramos que el excandidato presidencial tenía un adeudo de 900 millones de pesos por concepto de predial atrasado desde hace ya varios años.

Tras dar a conocerse este hecho, el exsenador se presentó sin vergüenza alguna al informe de Domínguez Servién y le robó reflectores nacionales al Cuarto Informe en donde se buscaba dar un mensaje de concordia que trascendiera; pero era evidente que para lo nacional, las declaraciones de Fernández tendrían más peso, sobre todo porque estamos en un momento en que se discute sobre los privilegios fiscales que han tenido personajes políticos de todos los colores, desde Morena hasta Acción Nacional.

No afirmo que las declaraciones del alcalde de Colón hayan estado dentro de la estrategia federal, es más dudo que el alcalde haya tenido estrategia, simplemente fue un lapsus, pero de esos lapsus que terminan por ser sumamente reveladores y que se dan en momentos precisos.

¿Qué implica que un personaje que fue candidato presidencial y senador tenga un adeudo básico de impuestos? Esto se enmarca dentro de las discusión antes mencionada, de cómo una élite mantenía privilegios de no pagar impuestos y refuerza el discurso de que existe una oligarquía beneficiaría de ese capitalismo neoliberal y sus reformas dizque estructurales, o traducidos al lenguaje llano: la mafia del poder.

Días después, como ya mencionamos, se dio a conocer la lista del Servicio de Administración Tributaria (SAT) donde se informaba quiénes habían sido beneficiados con el privilegio de haber recibido condonaciones de impuestos y, figuran entre otros, la actual líder de Morena Yeidkol Polevnsky y nuevamente Diego Fernández, quien ya salió a prensa a decir que no debe nada de predial y que nunca ha sido un beneficiario del régimen político por la exención de impuestos.

La casta divina de los que gozaban de dichos privilegios sufre porque ya se les está evidenciando y por ello manifiestan su repulsión al gobierno federal. A eso hay que sumarle lo recientemente acontecido con Medina Mora, de lo cual hablaremos la semana entrante.

Periodista y sociólogo. @viloja

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