Continuando con la serie de colaboraciones relacionadas con la candidatura de Morena a la Presidencia de la República en 2024, abordaremos a uno de los protagonistas de la llamada “cuarta transformación nacional” y sin duda alguna uno de los personajes cercanos al presidente López Obrador que ha sabido capitalizar sus funciones como miembro del gabinete.

Marcelo Ebrard Casaubón es el actual titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores y exjefe de Gobierno de la Ciudad de México, en su transitar por la política destaca el reconocimiento como mejor alcalde del mundo en el año 2010 por parte de una encuesta a cargo de la fundación londinense City Mayors, su paso por la Secretaría General del PRI en el entonces Distrito Federal, su cercanía con Manuel Camacho Solís y su participación en la construcción de la línea 12 del metro, misma que ha estado envuelta en la polémica desde antes de ser inaugurada.

El egresado del Colegio de México tiene grandes cartas de presentación en el ámbito internacional, su participación en la Red Global de Ciudades Seguras fue vital para que sus vínculos con líderes políticos de todo el mundo se afianzaran.

Marcelo Ebrard se caracteriza por tener un cálculo político certero, mesurado y efectivo, esto lo demostró desde sus inicios en el partido tricolor y posteriormente en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Morena, en estos últimos dos ha permanecido cerca de AMLO pero regularmente a la sombra del mismo, muestra de ello fue la declinación a favor del actual presidente durante las elecciones a jefe capitalino del año 2000.

Hoy en día su popularidad e impacto mediático solo se puede comparar con el que tiene López Obrador y su compañera de partido la actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Esto no le ha sido suficiente para ganar todas las simpatías al interior del partido movimiento, probablemente porque parte importante de la militancia lo considera un elemento importante, pero lejano a la ideología que Andrés Manuel ha promovido durante más de dos décadas de lucha por la democratización del país.

Esto no ha sido un freno para él y muestra de ello es la estrategia ejecutada para que su fiel escudero, el tecnócrata Mario Delgado quedara al frente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, sumando de este modo una serie de elementos importantes para construir el camino rumbo a la anhelada sucesión del 2024.

Aún falta un par de años para que esta carrera de resistencia y de movimientos precisos  alcance su mayor grado de tensión, por lo pronto Ebrard ha encontrado en las diferentes crisis nacionales e internacionales un espacio idóneo para posicionar su figura no solo dentro de la militancia morenista, sino en la sociedad mexicana en general.

Para la oposición representa un contrincante con menos arraigo a los principios de la Cuarta Transformación y pragmático en todos los sentidos. Insisto, la moneda está en el aire y el canciller al igual que otras figuras del Obradorismo buscan sumar puntos y voluntades para ser quienes le den continuidad total o parcial al Proyecto Alternativo de Nación.

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