Las crisis que atravesamos en el transcurso del tiempo las personas, las comunidades y los países, llegan siempre a un momento de bifurcación en su acontecer. Nos pueden llevar a un caos  con consecuencias insospechadas o, por el contrario, pueden convertirse en oportunidad para crecer y mejorar.

El construir un modelo sólido de desarrollo, crecimiento y bienestar, lleva mucho más tiempo del que comúnmente deseamos destinar junto con la atención y dedicación que nos demanda. La perseverancia se convierte en una cualidad indispensable para llegar a donde nos lo propongamos, a pesar de las tormentas y dificultades que cada día son más frecuentes en los tiempos actuales.

Las crisis pueden ocurrir por que nosotros mismos las llegamos a propiciar, pero en la mayoría de los casos tiene que ver por acontecimientos fortuitos o circunstancias ligadas a decisiones y actuar de terceros. Ello me lleva a considerar que a pesar de que nuestros planes nos incluyan solo a nosotros mismos, inevitablemente formamos parte de una comunidad y, en consecuencia, dependemos también del actuar de otros.

Entonces resulta conveniente sabernos y reconocernos parte de esa comunidad y estar conscientes de que nuestro propio quehacer tiene consecuencias para otros miembros de la misma.  En la medida que ésta se va fortaleciendo, vemos como se reducen las crisis y vivimos tiempos más favorables para la mayoría. Tal es el caso de Querétaro, municipio y estado, que hoy día, a pesar de las circunstancias que prevalecen en el entorno, ha logrado un momento importante y trascendente en el entorno nacional y no es fruto de la casualidad.

Escuché hace algunos días al secretario de desarrollo sustentable del estado, mencionar que el propio gobernador José Calzada, reconoce que el Querétaro que hoy vivimos ha sido la suma del trabajo de sociedad y gobiernos desde hace muchos años. No podría estar mejor de acuerdo con esta declaración, la cual, desde mi punto de vista personal, es un verdadero argumento en favor de la entidad y de quienes la habitamos.

Desafortunadamente, la pasión por las ideas y los afectos políticos, nos ganan y nos hacen en ocasiones perder la objetividad de un análisis claro. Por citar un ejemplo simple, no conozco un apasionado del fútbol que hable bien del equipo rival del suyo, así ocurre con las pasiones partidistas. Sin embargo, aunque suene demasiado obvio, en la política, la trascendencia de las emociones y de las acciones van mucho más lejos de lo siquiera suponemos. Por eso, hoy más que nunca es verdaderamente importante considerar que las emociones acompañen con justo equilibrio a la razón y a la fuerza en las decisiones y nunca  cada una de ellas de manera aislada.

Pero permítanme entonces hacer hincapié en nuestro Querétaro que hoy está donde está gracias a la diversificación de actividades económicas, donde prevalece la educación, el desarrollo tecnológico, una mejor remuneración por la mano de obra calificada, etc. Sin escuchar el canto de las sirenas de la victoria y el confort, Querétaro aún enfrenta enormes retos, los cuales deben superarse solo en la medida en que todos los actores antepongan Querétaro a sus filias y fobias políticas y sociales.

Nuestra entidad federativa es de las pocas entidades con un porcentaje de población de clase media muy superior a otras entidades y ello favorece no solo el consumo, sino la inversión y la generación de empleos para mover un círculo virtuoso. Ha tenido la fortuna de que sus gobiernos de distintas fuerza políticas, aporten en su tiempo y momento, obras y acciones en favor de los queretanos, más allá de lo malo. No todo es miel sobre hojuelas, pero es innegable que hoy somos una entidad fuerte y próspera.

Por todo lo anterior, pienso que por ningún motivo debemos caer en la tentación del caos y elegir el camino equivocado. Ante una crisis que presenta la oportunidad de consolidar un camino cierto y más seguro para alcanzar mayores niveles de bienestar social. Es fundamental analizar el contexto de un modelo con mayor responsabilidad social y con mayor presencia de líderes para mantener ese esfuerzo que ha caracterizado a los gobiernos más allá de sus colores partidistas, porque, el que no se esté de acuerdo con, no quiere decir que se esté en contra de. La realidad sigue siendo cruda y difícil en un mundo cada día más competido, pero también las acciones positivas son contundentes y favorecen un ambiente de paz y armonía, el ambiente que no debemos perder por ningún motivo en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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