Hace unos días la Comisión de Puntos Constitucionales del Congreso local de Querétaro votó, a puerta cerrada, en contra de la iniciativa para “ampliar las causales para despenalizar el aborto cuando se cometa antes de la semana 12 de gestación”, según reportes. No obstante, la presidenta de la Comisión, Tania Palacios Kuri, aseguró que la iniciativa seguirá discutiéndose con más actores. ¿Qué se puede opinar aquí?

La despenalización del aborto ha sido un tema muy polémico desde sus comienzos, y ha tomado cada vez más relevancia. Esto se ve en el incremento de mujeres y hombres en el debate público, así como de los hacedores de política, que se muestran menos reluctantes a introducir y debatir el tema en sus sesiones. No cabe duda de que se tiene que pelear esta iniciativa, puesto que los beneficios individuales y colectivos que busca traer consigo son amplios y necesarios para nuestra sociedad queretana y mexicana en general.

La sesión se dio a puerta cerrada alegando que fue una medida de salud ante el brote de Covid-19. Eso molestó a los grupos pro-aborto y feministas que buscaban hacerse presentes en la sesión, quienes se dieron cita fuera de las instalaciones de ésta, pero también enervó y hartó a parte del público en general. Al final se rechazó la iniciativa con dos votos y una abstención, mientras que algunos diputados que se mantuvieron al margen señalaron la necesidad de consultar expertos en el tema, así como a la población, para decidir este tema.

Al respecto, Palacios Kuri, Agustín Dorantes, Miguel Ángel Torres y otros integrantes del Partido Acción Nacional (PAN), manifestaron que ellos apoyan el derecho a la vida, por lo que el aborto no sería opción y sí en cambio una educación sexual apropiada. En este contexto, personalmente veo la segunda opción (educación sexual apropiada) como algo viable y necesario. No obstante, hay que aclarar que la primera opción (el aborto legal) y la segunda no son mutuamente excluyentes, como el PAN busca hacer creer, sino que son complementarias, es decir, se necesitan juntas y ambas pueden generar un mejor impacto positivo en nuestra sociedad.

Ahora, incluir otros actores para discutir la iniciativa de despenalización del aborto suena muy bien, pues deberá haber expertos en el tema, activistas, estudiantes y público en general, de otra manera quedaría sesgado el universo de participantes. Empero, aquí hay que aclarar una cosa, y es que se deben alejar los dogmas y cuestiones religiosas de lo que compete a la vida política, que repercute en lo social. Si alguien quiere creer en una entidad divina que dirige el mundo desde un espacio que nadie ha verificado, puede hacerlo, es su decisión, pero en cuestiones tangibles que pueden beneficiar o perjudicar a la sociedad se necesitan decisiones basadas tanto en las ciencias sociales como naturales, no hay otra opción.

Hace 400 años la vida social y política se regía bajo lineamientos religiosos y no había otra opción, era eso o eras un hereje. Pero hoy que hay más y mejor conocimiento debemos aprovecharlo; éste nos brindará una mejor calidad de vida y nos ayudará a estar menos expuestos a ser engañados y manipulados. Por ello, hoy en día no debemos estar atados a los pensamientos religiosos, las decisiones son nuestras, y en este caso expuesto, la decisión del aborto de las mujeres debe ser de ellas, pues son ellas quienes están envueltas en todo el proceso de gestación, así como el posterior. Debemos alejar los dogmas y la religión fuera de las decisiones importantes que competen tanto a creyentes como no creyentes, es decir, por ejemplo, ¿qué pasaría si dejásemos nuestras vidas y las medidas de salud en esta pandemia del Covid-19 a aquellas personas que salieron en caravana a pedir a dios que la detenga? Una oración no detiene una bala, un misil, un virus y no debe detener la decisión de la mujer en el aborto.

Twitter @NielsRosasV
niels.rosas@gmail.com

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