Sin duda, la reciente conferencia de José Ángel Gurría Treviño “Despierta México”, organizado por “Líderes mexicanos”, será objeto de diatribas presidenciales porque el exsecretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE, (2006-2021), se dirigió a empresarios, comunicadores y dirigentes sociales para invitarlos a recuperar el tiempo y las oportunidades perdidas hasta hoy, en lo que calificó “una llamada de alerta y alarma”.

El también exsecretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda y Crédito Público, profundo conocedor de la economía y las finanzas nacionales e internacionales habló sobre los desafíos internos y externos a enfrentar en el futuro inmediato.

En el plano externo, enumeró los siguientes desafíos: el riesgo de una desaceleración económica con un fuerte potencial de recesión; inflación generalizada que impactará el consumo de los más vulnerables; tasas de interés sin precedentes; tensiones sociales y políticas que provocarán inestabilidad y un creciente cuestionamiento de los líderes; la guerra europea y sus efectos globales; la pandemia que se niega a desaparecer; la creciente brecha entre países desarrollados y en desarrollo, y las desigualdades dentro de cada país; las tensiones entre China y los Estados Unidos, que amenazan la paz y la estabilidad del mundo; los efectos del cambio climático y el deterioro de la biodiversidad, así como el creciente autoritarismo, mezclado con populismo, que afecta hoy a una mayoría de los habitantes del planeta.

En el plano interno los desafíos pasan la obligación del gobierno a hacer de la escucha y la consulta una forma de vida “ya que la sociedad siente que puede y por lo tanto debe levantar su voz para participar en la formulación de las decisiones que le afectan”, pese a la estridente polarización o el rechazo a los esfuerzos sociales en favor del diálogo.
Gurría cuestionó el papel de la sociedad mexicana como interlocutor efectivo del gobierno para oponerse, quejarse o exponer sus preocupaciones sobre las políticas públicas y sus consecuencias; y sobre si logró que la opinión pública captara y entendiera su mensaje ante el recorte de recursos a becas, al INE o a las dependencias del gobierno, que han causado desabasto de medicinas o la reducción de servicios de salud; o el desvío de recursos a proyectos no prioritarios.

Frente al nulo crecimiento económico en esta administración, y el pronóstico de crecimiento de 2% del PIB durante los próximos diez años, el reto, planteó, es crecer al 5% del PIB durante los próximos 50 años, para emparejarnos… Para ello se requerirá educación, seguridad, inversión, competencia, productividad, confianza, gobernabilidad, democracia y combate a la corrupción.

Para Gurría, los mexicanos tenemos el problema del “gobierno chiquito”, necesitado de una reforma fiscal que le brinde más recursos, así como el cuidado del comercio con los Estados Unidos —que representa el 78% del PIB nacional— y el respeto al TMEC firmado por esta administración —que en nada involucra a la soberanía—, y que mucho beneficiaría a México en el marco de los conflictos comerciales entre los Estados Unidos y China.

Los planteamientos de Gurria obedecen, en buena medida, a esa mezcla de populismo y autoritarismo que recorre el mundo, y, como sabemos parece haberse instalado en nuestro país. De ahí la urgencia del Despierta México.

Periodista y maestro en seguridad nacional

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