Triste y lamentable, pero hoy nuevamente la demagogia atolondra a la mayoría de las y los mexicanos. No obstante los pésimos resultados que esta práctica política nos ha dado en los últimos 70 años a la gran mayoría de la población, la mayoría de las y los mexicanos es seducida por un demagogo que de manera muy efectiva explota las esperanzas y sobre todo los resentimientos y prejuicios del denominado pueblo bueno (de ahí sus altos niveles de popularidad).

Práctica que podemos observar y que es utilizada exitosamente por el Presidente casi todos los días. Más aún porque el Presidente sabe perfectamente cómo:

a) Introducir en sus discursos frases e ideas que tiene la certeza llegarán al fondo de la mente y corazón de la gran masa de mexicanos que él preseleccionó y está compuesta por  votantes: “Blandos” de su partido y también de oposición, votantes indecisos e inclusive abstencionistas tradicionales. Nunca al voto duro de oposición, ya que sabe que a esos votantes ya los tiene perdidos. Ejemplo de estas frases es: “No permitiremos que empresas extranjeras nos vuelvan a saquear” (frase pronunciada en el contexto de la “Reforma Eléctrica”, frase a la que nadie y a botepronto se puede oponer o ver con recelo).

b) Que esa masa de votantes preseleccionada, por sus características,  de manera natural y por economía mental, ha optado por: no informarse del quehacer gubernamental ni por conocer la historia política nacional y menos por reflexionar sobre las condiciones y rumbo que lleva el país.

Y para redondear el éxito de la demagogia presidencial tenemos la contribución, involuntaria, pero finalmente contribución, de los líderes y voceros de la oposición que no hacen otra cosa sino plegarse a la agenda mediática impuesta por el Presidente al repetir y confrontar frases e ideas que honestamente son irrebatibles con un discurso breve y sin reflexión. Así lo único que logran es promocionar las frases presidenciales mencionadas, transmitir que están en contra de buenas ideas o conceptos que benefician a las y los mexicanos y que todos queremos.

Fuente de los deseos: Ojalá seamos cada vez más las y los mexicanos que rompamos el hechizo de la demagogia presidencial. Ojalá los líderes y voceros de oposición se den cuenta que al criticar “las frases presidenciales” solo las promocionan y además que transmiten mensajes equivocados.

Exsenador

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