Tuve la oportunidad de conocer una lista preliminar de aspirantes a las candidaturas a presidencias municipales de Querétaro por parte de Morena y concluyo, entre otras muchas cosas que los morenos queretanos son una pachanga.

Son al menos 43 nombres de personas que aspiran a ser los abanderados de ese movimiento para alguna de las 18 presidencias municipales de Querétaro y en algunos de ellos hay hasta seis aspirantes, como es el caso de los municipios de Querétaro y Tequisquiapan.

¡43 para 18 municipios! Prácticamente se repite el fenómeno de los ‘aspirantes’ a la dirigencia nacional y la Secretaría General de ese movimiento político, donde hubo 105 inscritos a ambos cargos, entre ellos, por cierto, seis queretanos que no superaron ni la segunda criba.

También, prácticamente, se repite el fenómeno de la contienda por la candidatura morenista al gobierno estatal; pues en diciembre del año pasado se inscribieron 13 personas para buscar la candidatura morenista al gobierno local.

No faltará quien me alegue que estos ejemplos son muestra de la ‘pluralidad’ que vive el partido guinda en Querétaro.

Nada más falso. Si hubiera pluralidad, veríamos en un partido progresista como se autocalifica la 4T, a candidatos de las diversidades, de etnias y de las minorías y eso no sucedió en ningún caso.

Más aún, en la lista de 43 ‘suspirantes’ a una candidatura municipal de Morena en Querétaro hay dos nombres: Cesáreo Piña Alegría y Ángel Sánchez Vicente, el primero militante morenista y el segundo, externo al partido, que ni siquiera fueron capaces de decir a la candidatura de qué municipio aspiran. De ese tamaño son los morenistas.

Ahora, por cuanto ve a los ‘aspirantes’ a la candidatura por la presidencia municipal de Querétaro, se inscribieron seis personas; la diputada local, Paloma Arce; la regidora capitalina, Ivonne Olascoaga; Rosa María Córdova, militante morenista con amplia carrera en la izquierda local; el presidente del Consejo Estatal de Morena, Ángel Balderas —de este personaje nos ocuparemos más adelante—; el expanista, Arturo Maximiliano García y el expriista y suplente del senador, Gilberto Herrera, Juan José Jiménez, ese que no sabe que los cargos de elección popular son irrenunciables y que el gobernador de Querétaro ya no tiene fuero.

De estos nombres, quiero destacar, primero el de Ángel Balderas, un hombre que se dice de izquierda, que obedece a intereses de grupo al interior de la UAQ, incondicional del senador Gilberto Herrera, y quien ha descalificado el proceso que eligió a Celia Maya como precandidata morenista al gobierno estatal.

Ahora resulta que Balderas Puga, cuya naturaleza, junto con la de muchos otros que integran la 4T, es ‘vivir en pie de lucha’, beligerante por naturaleza, descalifica un proceso interno, pero avala otro similar con su participación.

Al final, Balderas Puga se quedará con las ganas, si acaso pasará la primera ronda, como sucedió cuando ilusamente intentó ser secretario general de Morena a nivel nacional, pero la candidatura de Morena a la presidencia municipal estará entre el senador suplente —ignorante del marco legal— y el expanista al que las huestes morenistas no quieren ver ni en pintura. Lo dicho, los morenos, cuando menos en Querétaro, son una pachanga. Se van a partir en pedazos. Digo.

El último párrafo.  En la lista de precandidatos a diputados federales plurinominales del PAN en la segunda circunscripción a la que pertenece Querétaro, figuran los nombres de Antonio Rangel, en el lugar 2 —Ricardo Anaya le cedió ese lugar sin duda—; de Paulina

Aguado, en el número 4 y en la posición 14, Marco del Prete, quien sufrirá pues ‘le tocará cerrar la puerta, por dentro o por fuera’, por aquello de que su llegada a San Lázaro depende de muchos factores, entre otros, el nivel de votación que reciba el PAN. El que de plano ni figuró fue el diputado de las concesiones y los negocios cuestionados, Marcos Aguilar Vega. Dicen en el PAN que está cosechando lo que sembró y le fue bien. Les digo.

@Paniagua_Fdo.

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