El hoy Presidente de México está en un momento medular para cualquier mandatario, la mitad del periodo de gobierno por lo regular es sinónimo de desaprobación popular, crisis sociales y económicas y en particular suelen ser momentos idóneos para el nacimiento de figuras antagónicas que en poco tiempo buscarán sustituirlo en el ejercicio del poder, la realidad de Obrador es distinta a la de sus antecesores ya que cuenta con un alto porcentaje de aprobación, la situación económica no ha empeorado, sin que esto signifique que es buena y más importante aún, los personajes que integran la oposición a su administración solo brillan por sus señalamientos de corrupción y diversos procesos legales que enfrentan tanto en territorio nacional como extranjero.

Quién diría que el nacido un 13 de noviembre de 1953 en Tepetitán, comunidad del municipio de Macuspana, Tabasco y que inició su vida en la política apoyando al autor de “Discurso por las flores”, Carlos Pellicer quien fuera senador de la República, estaría al frente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas y se dirigiría al mundo con un discurso contundente y con el enorme respaldo de un pueblo que lo mismo abarrota la plancha del Zócalo, como las calles de Nueva York. El camino de Andrés Manuel ha sido sinuoso, con altas y bajas, momentos polémicos, complejos y con seguridad varios llenos de satisfacciones. Su andar en el servicio público inicia al asumir el cargo de director del Instituto Indigenista de su entidad, espacio donde pudo conocer a fondo la grave problemática que aqueja a nuestros pueblos originarios y en especial lo invaluable que es su cosmovisión originaria, pasando por diferentes luchas por la democracia como la del 88, 94 y 2006 y 2012, sin dejar a un lado su elección ganadora 2018.

AMLO no se anduvo con rodeos en la tribuna de la ONU, planteó una opción para combatir la corrupción y reducir la pobreza a nivel mundial, dió a conocer los programas sociales que desde el inicio de su gestión se implementaron para dignificar la vida de millones de mexicanos y mexicanas, en especial aquellas que pertenecen a sectores vulnerables. Hasta este momento 47 naciones del mundo han mostrado interés en el Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar propuesto por el titular del Gobierno de México, esto sumado a la coincidencia que el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, tuvo con el presidente Andrés Manuel, en cuanto a su visión del fracaso del sistema económico.

El camino aún es largo, falta bastante trabajo para que los cimientos de una nueva nación estén firmes ante cualquier clase de embestida por parte de aquellos que durante décadas se acostumbraron a vivir en la opulencia a costa del erario público. Se reconoce el papel de AMLO ante el mundo, ahora sigue continuar con la defensa de la soberanía nacional y calmar las aguas de los suspirantes al 2024, para que la continuidad del proyecto alternativo de nación sea una realidad y no quede en buenas intenciones.

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