Vaya fin de semana que se vivió en el futbol mexicano, digno de una Liga de tercer mundo, en la que los directivos fueron sorprendidos por temas extracancha: violencia, traiciones, adeudos... En fin, digno del olvido, pero que deben solucionar de inmediato.

Lo de ayer en el estadio Alfonso Lastras de San Luis Potosí es intolerable, requiere de sanciones fuertes a los involucrados, no solamente un veto al estadio. Algo que le duela a Gallos Blancos y a San Luis. No es que la violencia haya vuelto a la Liga MX, porque nunca se ha ido, pero volvió a mostrarse sin límites, como un severo riesgo.

Las imágenes que se vieron fueron desgarradoras. Lo de menos es que el partido no haya podido terminar. Estamos en un contexto social muy violento, por lo que las autoridades civiles y futbolísticas deben poner un castigo fuerte a los responsables.

Basta ya de investigaciones que no sirven para nada. Si a la Liga MX le importan tres reverendos pepinos lo de ayer, cometerá un error que puede pagar durante mucho tiempo, porque no es posible que una bola de barbajanes tenga tomado al futbol mexicano. Es hora de actuar.

Pero durante este fin de semana tampoco se puede perder de vista el ridículo monumental que hizo la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales en el caso Veracruz. No solamente los jugadores a los que les deben grandes cantidades de dinero, utileros, masajistas y todos los que conforman los distintos planteles de los Tiburones Rojos son los únicos afectados, también lo son los personajes de esta organización, porque perdió la credibilidad.

Mientras Álvaro Ortiz hablaba de que ya estaba confirmado un pago a los futbolistas del Veracruz y presumía la independencia de la AMFpro, al mismo tiempo Yon de Luisa y Enrique Bonilla ponían las cosas claras, tomando dinero de esta organización de respaldo a los jugadores para pagar las deudas; si bien, no todas, sí algunas de las que lamentablemente sufre este plantel.

Pero quienes hicieron un ridículo monumental fueron los Tigres, porque encontrarse con un equipo inmóvil en el campo y aprovecharse de eso para meterle dos goles es la peor bajeza que se ha visto en la historia del futbol mexicano, lo que demuestra que la clase no se compra, se mama, lo que está muy lejano de tener el equipo del Tuca Ferretti, con todo y sus supuestas figuras y el dinero que se le ha invertido.

Definitivamente, el deporte mexicano no está para soportar este tipo de situaciones. Olvidémonos de la solidaridad, enfoquémonos en el ámbito deportivo, porque no hay algo peor que pitorrearse, burlarse y sacar gran ventaja de un equipo que busca que le paguen los salarios que ya se ganaron, el cual protestaba al no buscar el balón durante los primeros tres minutos.No Tigres, así no.

Y eso no exime una cosa de otra. Ni se le quita la responsabilidad, ni se tapa la pésima administración de Fidel Kuri con el Veracruz, pero tampoco hay que solapar a equipos que tramposamente ganaron partidos, como lo hicieron los Tigres el viernes.

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