El pasado jueves el coordinador de los senadores del PAN, Mauricio Kuri denunció que su grupo parlamentario había sido objeto de espionaje, luego de que fueron hallados, en las oficinas del grupo parlamentario, una serie de micrófonos instalados en los plafones del inmueble.

Este ‘escándalo’ me llevó a recordar las ocasiones en las que, cuando menos en Querétaro, se han registrado hechos similares.

En los últimos 20 años, en Querétaro hemos visto al menos nueve casos en los que políticos locales denunciaron presuntos actos de espionaje por parte de diferentes autoridades.

Todos los casos, todos, tienen un común denominador: ninguno llegó a nada concreto. No hubo conclusiones de partes de las autoridades investigadoras, no hubo detenidos. Nada. Sólo declaraciones mediáticas, denuncias y el escándalo.

Nada más como un ejercicio de memoria, hagamos un breve recuento de estos casos de ‘espionaje’ en Querétaro y que han involucrado lo mismo a panistas que a priistas.

En 2001, el entonces gobernador de Querétaro, Ignacio Loyola, ante denuncias de que su administración contaba con un equipo de espionaje, éste ‘confesó’ que ese equipo estaba conformado por él y su perico Blas.

La declaración le valió a Loyola Vera, no sólo portadas de diarios nacionales, sino también denuncias y acusaciones políticas que al final quedaron en nada.

Tres años después, en enero de 2004, fue encontrado un micrófono oculto bajo un escritorio del Congreso local, lo que dio origen a la presentación de una denuncia por espionaje ante el MP local. De este hecho, tampoco hubo resultados y mucho menos detenidos.

Cinco años después, a finales del 2009, también en el Congreso local se denunciaron actividades de espionaje, luego de que fueron reportados los equipos celulares de los diputados por no contar con servicio. También se inició una investigación y tampoco pasó nada.

Julio de 2013, el entonces presidente del extinto Partido Movimiento Ciudadano en el Estado, José Luis Aguilera, denunció —sin pruebas— prácticas de espionaje político por parte del gobierno de José Calzada y afirmó que incluso existía una casa de seguridad para este fin en la colonia Jardines de la Hacienda, en la capital del estado. Tampoco en ese momento pasó nada. Ni denuncia formal hubo.

Un año después, en febrero de 2014, el diputado local panista, Alejandro Delgado, presentó una denuncia por espionaje ante la procuraduría estatal, luego de que halló un aparato de localización GPS en su vehículo. Tampoco hubo resultados de la denuncia.

Nueve meses después, en noviembre de ese año, la Procuraduría de Justicia de Querétaro y la PGR dieron a conocer que recibieron al menos cuatro denuncias por presunto espionaje telefónico. ¿Qué creen? Sí, tampoco en este caso se supo si hubo o no tal actividad ilegal.

Un mes después, en diciembre de 2014, el entonces dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, condenó una presunta red de espionaje que involucraba, entre otros, al diputado federal panista Marcos Aguilar. Tampoco en ese caso hubo resultados.

Y siguen los ejemplos, pues apenas tres meses después de esa denuncia, se reveló que, en 2013, el municipio de Corregidora adquirió equipo electrónico de origen israelí, para realizar espionaje. Al final, tampoco hubo información sobre si los señalamientos eran ciertos.

El último caso de este tipo se registró en octubre de 2015 cuando se dio a conocer que la administración de José Calzada, adquirió una camioneta con equipo de espectro radioeléctrico, usada para espionaje. Incluso, el gobernador, Francisco Domínguez, puso dicho vehículo a disposición de la Segob. A la fecha no hemos sabido si el vehículo servía o no para actividades ilegales.

Con este recuento no pretendo minimizar la denuncia del senador Mauricio Kuri; sin embargo, sí busco dejar asentado que este tipo de denuncias generalmente terminan en nada. Ojalá este no sea el caso y sí sepamos de qué se tratan esos aparatitos. Digo.

El último párrafo. No lo olviden, #ElNueveNingunaSeMueve. Solidaridad.

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