El  sábado surgió un nuevo organismo —dicen que ciudadano— que tiene la finalidad, según sus organizadores, de aglutinar esfuerzos y buscar al mejor candidato que surja de la oposición a Morena rumbo a las elecciones presidenciales de 2024.

Se trata del Frente Cívico Nacional (FCN), iniciativa impulsada por legisladores, ciudadanos y activistas. Eso dicen; habrá que ver qué más traen en la agenda. De entrada, parece un ejercicio oportuno y digno de ser tomado en cuenta.

En su presentación el senador independiente, Emilio Álvarez Icaza, y que dijo que representa al Grupo Plural, explicó que el movimiento no es un frente antiAMLO, sino a favor del país.

Al FCN se sumaron personajes como Ricardo Pascoe, ex embajador de México en Cuba y activista de izquierda de siempre; Fernando Belauzarán, senador por el PRD; el académico e historiador, Raúl Trejo Delarbre; el exsecretario general del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo; Juan Francisco Torres Landa, empresario ligado al PRI; Gustavo Madero, exdirigente nacional del PAN; los exsenadores panistas Roberto Gil y Demetrio Sodi; la presidenta de Causa en Común, María Elena Morera, el sociólogo e investigador, Francisco Valdés Ugalde, y la periodista y política ligada el PRI, Beatriz Pagés Llergo, entre otros.
Según Álvarez Icaza, el Frente Cívico Nacional —Frecin, como han dado en llamarle algunos simpatizantes de la cuatroté y del inquilino de Palacio—  suma a integrantes de muchas iniciativas como UNE y el Grupo Galileos y pese a ello, cada una conserva su identidad.

El discurso del FCN se centra, hasta ahora en el quién; es decir, buscan construir un método que lleve a la elección de una sola candidatura opositora hacia 2024 por la vía de una elección primaria. Sin embargo, ese es apenas el principio de la búsqueda por darle un cambio de rumbo al país; sí, la sociedad tiene que buscar una figura que sea el rostro de una sociedad unida; sí, pero no es suficiente.
La idea de una elección primaria para designar al candidato opositor también es buena y más si ese ejercicio lo organiza el INE; sin embargo, eso es apenas la mitad del camino, hace falta tener claro el diagnóstico de lo que se debe corregir y plantear los ‘cómos’. El método de cómo vamos a resolver un problema, es casi o más importante que el diagnóstico del mismo y la decisión del nombre de quién aplicará el remedio.

Belauzarán y  Morera expresaron un leve esbozo del diagnóstico: rescatar el respeto a los derechos humanos, la ecología, el feminismo y la transparencia, además de revertir el menosprecio a las mujeres, rescatar la seguridad, poner en el centro de las decisiones a las personas con cáncer. Sí, todo eso está bien bonito, pero faltan los ‘cómos’ y la sumatoria con otros movimientos similares como, por ejemplo, “Sí Por México”. Digo.

El Último Párrafo. Pues con la novedad de que la ciudadana Patricia González Miranda, quien en semanas recientes dio a conocer que había ‘renunciado’ a su ‘posición’ en la Segob, al menos hasta el  24 de noviembre seguía laborando en esa dependencia del gobierno federal, sin oficio de comisión en Querétaro y cobrando la friolera de 56 mil 296 pesos mensuales, según oficio que obra en mi poder. Algo no cuadra otra vez. ¡Les digo!

Quejas, dudas y comentarios: @Paniagua_Fdo

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