Querétaro es el primer municipio del país en contar con una infraestructura con las características que tienen los centros culturales comunitarios, pues son espacios cuyo objetivo es fomentar el desarrollo integral, garantizar el ejercicio de los derechos culturales y constituirse en sitio de encuentro, unión y participación comunitaria.


Esto es así porque su diseño y construcción están desarrollados con la idea de lograr que sean lugares de confluencia de expresiones y de intereses diversos pero resultados con beneficio colectivo.


Cómo se sustenta. El proyecto se fundamenta en la definición de la UNESCO, de que la cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social.  Engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.


La cultura incluye diversidad de expresiones de una misma comunidad, pues partimos del entendido de que la sociedad se diferencia en creencias, pensamientos, objetivos, acciones y decisiones sin discriminación ni exclusiones. Congruentes con esta definición, los centros están pensados para la cohesión social y el diálogo intergeneracional y para fomentar los encuentros pacíficos y respetuosos.


Parte esencial del Centro Cultural Comunitario será dotar de herramientas para la vida a los sectores de la población menos atendidos y que encuentren en los oficios nuevas formas de ver cristalizados sus anhelos y los de sus comunidades. Con esta visión también se constituyen en espacios recuperados para la sociedad, que fomentan la sana convivencia y se contraponen, en la práctica misma, a las acciones ilegales, irrespetuosas y delictivas.


Sus componentes. El universo inicial de influencia del primer Centro Cultural Comunitario lo constituyen 95 mil 366 habitantes de la delegación Felipe Carrillo Puerto y pensamos que irá creciendo permanentemente, atrayendo a vecinos de comunidades y colonias de la zona.


Los lugares para desarrollar las actividades las hemos denominado laboratorios. ¿Por qué razón? Porque consideramos que quienes concurran a ellos, no solo recibirán lecciones o clases, que es lo básico. La intención es que sea el lugar donde experimenten y aprendan, a partir de procesos formativos que fomenten la creatividad, la convivencia, la apropiación del espacio público y la interdisciplinariedad.


El aprendizaje de oficios también es parte esencial de los centros culturales. La carpintería, la cerámica, la elaboración de joyería, cocina, periodismo y edición de periódicos comunitarios o la coreografía —sólo por mencionar algunos de los que se impartirán— permitirán estar en contacto con el arte, pero también dotará de habilidades a los aprendices para que cuenten con un conocimiento que les permita afrontar sus necesidades de vida.


De entre los varios espacios con los que cuenta, destaco uno de ellos para ejemplificar el plan de desarrollo.


La biblioteca y aula virtual es un lugar diseñado para el libre acceso a la información, el fomento y creación de la literatura a través de conferencias, charlas, conversatorios, talleres, cursos y salas de lectura. El aula digital se pensó como un lugar para la creación artística y para brindar formación a todo tipo de público mediante equipos de los que está dotada, como computadoras, cámaras digitales profesionales, tabletas digitalizadoras y controladores de midi.


Igualmente se puede aprender el oficio de diseño gráfico comercial, animación digital, mapping, diseño de iluminación, edición de video, fotografía social e ilustración digital.

Una realidad. El municipio  ha dado un paso gigante con la edificación de este que es el primer Centro Cultural Comunitario y que, no dudamos, brindará muchas más posibilidades a la población, para poder desarrollar una práctica cultural sin precedentes en la entidad.

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