A finales del sexenio pasado, los multimillonarios mexicanos Daniel Servitje y Eduardo Tricio hicieron un roadshow por diversas instituciones financieras y despachos de cabildeo tratando de obtener financiamiento para explotar 20 pozos petroleros que el gobierno de Enrique Peña Nieto les otorgó en las primeras rondas petroleras.

A través de su empresa Mexoil se adjudicaron contratos por cerca de mil 300 millones de dólares; algunos en alianza con empresas nacionales, como la tabasqueña Perfolat, de la que son proveedores, American Oil Tools y la holandesa Canamex Dutch.

Sin embargo, en los albores del sexenio pasado, cuando el triunfo de Andrés Manuel López Obrador parecía inminente, los dueños del Grupo Bimbo y de Lala no tuvieron mucha suerte con los bancos privados, por lo que al inicio del gobierno de la Cuarta Transformación se acercaron a Palacio Nacional a través de Alfonso Romo, enlace del Presidente con los empresarios.

En una reunión a inicios del año pasado, en la oficina de Romo, Servitje y Tricio pidieron ayuda para financiar los proyectos. Le solicitaron su intermediación para conseguir por lo menos 200 millones de dólares a través del Bancomext y Nacional Financiera. Cuando el jefe de la Oficina de la Presidencia se lo transmitió a Andrés Manuel López Obrador, este reviró con molestia: “Que lo financien con su dinero. No les vamos a prestar un centavo. ¿Qué no se dan cuenta que las cosas ya cambiaron?”, soltó.

“Cómo es posible que el principal fabricante de pan y el mayor productor de leche del país quieran ser ahora petroleros”, agregó el Presidente, quien según las fuentes no daba crédito a que estos multimillonarios se hubieran atrevido a incursionar en el sector energético, como otros del sector minero y de telecomunicaciones, tras la apertura de la industria. “Por eso vamos a cancelar la reforma energética”, sentenció AMLO.

Efectivamente, Grupo Bimbo es el mayor fabricante de pan empacado de México y del mundo. Según el más reciente ranking de Forbes, la familia Servitje –sus fundadores y principales accionistas–, posee una riqueza de 2 mil 600 millones de dólares y se sitúa como la octava fortuna de México. En cuanto al Grupo Lala, es el principal productor de leche de caja y productos derivados del país, y la familia Tricio también figura como una de las más poderosas económicamente, aunque no se tienen datos precisos porque sus empresas no cotizan en los mercados de valores.

Mexoil Energy, la firma de los Servitje y los Tricio, fue creada en diciembre de 2014, pero logró contratos relevantes hasta 2017, cuando tras la aprobación de la reforma energética se abrieron los campos petroleros a la iniciativa privada con las rondas de hidrocarburos.

Según su información, a la fecha han perforado 41 pozos a profundidades de entre mil y 8 mil 650 metros, y en ocho de ellos se trabaja actualmente.

Presume experiencia en la perforación de pozos complejos, como los HTHP, con presencia de ácido sulfhídrico. “Es una empresa creada para apoyar el desarrollo energético de nuestro país. El capital de Mexoil es 100% mexicano, proveniente de accionistas comprometidos con el desarrollo y crecimiento del sector energético nacional”, informa en su página web.

Otros de los grandes empresarios mexicanos que incursionaron con fuerza en el sector de hidrocarburos a raíz de la reforma energética son la familia Baillères (mineros), con Petrobal; Germán Larrea (minero), con Compañía Perforadora México; Carlos Slim (telecomunicaciones), con Carso Energy; la familia Del Valle (petroquímica y servicios financieros), con Perforadora Latina; y Ricardo Salinas Pliego (medios y servicios financieros) con Typhoon.

Posdata

Pese al desaire y enojo presidencial, la 4T no ha dejado morir a la empresa de Servitje y Tricio. En febrero de 2019, Pemex, a cargo de Octavio Romero, adjudicó un contrato a Mexoil por un monto máximo de 451 millones de dólares para la intervención de campos terrestres.

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