¿Tú sabes cómo cuidarte? ¿Sabes si es correcto usar cubrebocas o guantes? ¿Si vas a un lugar, con cuántas personas puedes convivir y cuántos metros de distancia guardar? Es increíble pero la mayoría de estas preguntas no tienen una respuesta cierta.

Desde el inicio de este año, el Coronavirus Covid-19, se convirtió en la agenda prioritaria de muchos países. Este virus, ha causado la muerte de más de 8 mil personas en todo el mundo, contagiando al menos a 220 mil. A la fecha, y a pesar de los esfuerzos de muchos científicos, no se tienen medicamentos ni vacunas que aseguren la erradicación de este terrible virus.

En algunos países se tomaron medidas de prevención y urgentes para frenar el avance de la pandemia, declarada con ese carácter por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo. Entre las acciones implementadas se encuentra el cierre de fronteras y la suspensión de actividades escolares, laborales y encuentros masivos. Desafortunadamente, en nuestro país no se está atendiendo ni entendiendo debidamente la magnitud del Covid-19.

Hoy, dentro del territorio nacional, no saben qué hacer. La falta de información por parte de las autoridades, han ocasionado compras de pánico de papel higiénico, gel antibacterial, agua, enlatados, guantes y cubrebocas. También, derivado de las circunstancias que se viven en otros países, así como el número de decesos por este virus, nos han hecho pensar que, indiscutiblemente, puede ser un futuro muy próximo para nosotros.

En México hemos visto, en las conferencias matutinas a un subsecretario de Salud con una exposición pública muy alta, que lamentablemente desgasta a la única voz que se escucha en este gobierno. Ha dicho que, por ejemplo, el número de personas infectadas en nuestro país es bajo; no necesitamos tomar medidas urgentes como el cierre de fronteras, ni la suspensión de actividades porque aún nos encontramos en la Fase 1. Esto no sé si deba tranquilizarnos o alertarnos más, ya que nuestras autoridades deberían prevenir el número de contagios y no esperar a que la mitad de la población se infecte, aprendiendo de la actuación de otros países.

La falta de técnica, la desinformación y lo poco que nuestras autoridades dicen está generando un caos entre los distintos poderes y órdenes de gobierno. Por un lado, vemos a una Suprema Corte que ha anunciado la suspensión de actividades para prevenir un posible contagio entre sus colaboradores. Por otro, entidades federativas tomando acciones para suspender actividades escolares y laborales o poniendo a disposición teléfonos de contacto en caso de emergencias médicas. Y de forma alterna, vemos a la iniciativa privada y a la sociedad civil tomando medidas apremiantes ante la inacción del gobierno.

Lo más preocupante es que advertimos a un Presidente de la República sin atender las medidas que su misma administración —y la OMS— han recomendado a la sociedad, como el uso de gel antibacterial u omitir contacto físico con otras personas, exponiéndose a contagio. Sus colaboradores cercanos y él mismo deben entender que su fuerza no es moral y que está contratado para hacer buena administración pública, no para mostrar estampitas, que si bien son respetables, no tienen nada qué ver con su responsabilidad como autoridad.

Hoy, la politiquería está venciendo a la técnica, tenemos más aduladores del Presidente que técnicos que se preocupen por la salud de los mexicanos. Parece más importante seguir vendiendo cachitos de lotería o la construcción de un aeropuerto, que la salud de los mexicanos.

Ojalá el Consejo de Salubridad General tome medidas contundentes para atender los problemas de salud pública. Hago votos para que tengan altura de miras y actúen de manera responsable y no con elogios.

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