Todos, sin duda, hemos escuchado alguna vez versiones distintas de canciones que fueron creadas en el pasado.  Incluso hay ocasiones en las que ni siquiera se sabe que existe una versión original anterior a la que suena en el momento.

Son los covers, esas nuevas versiones de canciones emblemáticas, el tema central de esta semana para tratar de comprender qué son: ¿un recurso creativo o falta de creatividad para el músico?
El análisis va dirigido hacia las bandas que han incluido en sus discos nuevas versiones de canciones de antaño a lo largo de su historia, más que a la existencia de bandas dedicadas a tocar covers a las cuales respeto y reconozco que para muchos esa ha sido la forma de entrar al mercado musical y proporciona una importante experiencia sobre el escenario, las tablas les dicen, que bien podríamos abordar en otra entrega de este espacio musical.

Pero siempre me ha llamado la atención que bandas con una trayectoria importante, recurran a reversionar una canción y muchas veces se escoge como sencillo radial.

Una de las primeras deducciones a las que llegué, fue que tal vez para no dejar de sonar en la radio con una nueva propuesta, es más fácil que te incluyan en la programación diaria con un tema que ya sonó décadas atrás, que fue un éxito y    al reconocerlo, llame la  atención de los escuchas y, de esta forma,  la banda sume nuevos seguidores. Es una primera teoría, sin embargo, hay que ir más a fondo.

Hay músicos que recurren a una canción de antaño para darle un giro total, pero también hay quienes respetan casi en su totalidad la estructura armónica del tema. “Knocking on heaven's door” es un buen ejemplo, pues la mayoría la relacionamos con Guns and Roses que lo grabó en la década de los 90, cuando su versión original es de 1973, creada por Bob Dylan. Una canción considerada dentro de las 500 mejores de todos los tiempos que también ha sido grabada e incluida en discos de otros artistas como Eric Clapton y Avril Lavigne.

Así como Clapton, los grandes del rock también han plasmado temas que no son de su autoría y los han llevado a la cumbre. The Beatles es ejemplo de ello, ya que en sus inicios grabaron “Twist and shout” en su álbum debut (Please please me lanzado en 1963), un tema creado por Phil Medley y Bert Russell que en un principio llevó por nombre “Shake it up, baby” y fue grabado por primera vez por la banda The Top Notes en 1961.

Con la canción “Hey Joe”, Jimi Hendrix debutó en el mercado musical norteamericano, al ser sencillo de su disco debut Are you experienced en 1967, aunque ese tema fue grabado dos años antes por The Leaves.

Con estos ejemplos, podríamos decir que las leyendas musicales que han utilizado los covers no carecen de creatividad —su historia musical habla por sí sola—, sin embargo reversionar un tema fue una oportunidad para ingresar al mercado de sus respectivas épocas.

Hay casos donde leyendas hacen versiones de artistas más jóvenes, como el tema “Hurt”, creado por Trent Reznor para Nine Inch Nails en 1994, que a pesar de ser una gran canción fue eclipsada por el cover que hizo la leyenda Jhonny Cash para el que fue su último material discográfico antes de su muerte y es una verdadera joya auditiva.

En el rock mexicano también nos encontramos un sinfín de reversiones. Café Tacvba, por ejemplo, que tiene 28 años en la escena musical y es la única banda que no se ha disuelto con los años, cuenta con dos discos completos de covers: Avalancha de éxitos (1996) y el EP Vale Callampa (2002).

El primero con canciones populares de diversas épocas, pero el común denominador fue que los artistas reversionados eran hispanohablantes como Jaime López, Botellita de Jeréz, Juan Luis Guerra y Leo Dan, entre otros.

La canción “Metamorfosis”, original del grupo Axis en los 80, fue incluida en este trabajo debido a que fue una banda originaria de Satélite de donde también son los tacvbos, por lo que ahí conocemos una de sus influencias directas para que ellos se dedicaran a la música.

Vale Callampa fue un disco tributo a Los Tres de Chile, otra agrupación admirada por los Tacvbos, aunque a diferencia de Avalancha... que tuvo temas muy distintos a los originales, en éste se apegaron a la estructura original de las cuatro canciones incluidas, entre ellas “Déjate caer”, considerada una de las mejores canciones latinoamericanas de todos los tiempos.

Hasta ahora, los covers podemos verlos como recursos creativos, pues también creo que las reversiones sirven para refrescar al artista en algún momento de su trayectoria.

Pero en este análisis también se debe reconocer que existen covers que evidencian la falta de creatividad de algunos proyectos musicales, sobre todo dentro del mercado pop.

En esos menesteres está Britney Spears, quien incluyó en sus discos los temas “I love rock & roll”, original de The Arrows, así como “Satisfaction” de los Rolling Stones, intentos muy pobres como para  alcanzar la grandeza de los originales.

En la música en español se han padecido canciones como la versión que Panda hizo a “La célula que explota” de Caifanes, que de por sí ya era uno de sus temas más sonados. También el infumable cover de “Amor de estudiante” original de Roberto Jordán, en las voces de Kabah. Toda la sátira de Moderatto a canciones populares noventeras, así como el cover que hizo Thalía —malísimo, por cierto— de “A quien le importa”, original de Alaska y Dinarama, y una larga lista podría seguir y seguir.

Tras este breve análisis, la conclusión es que más que falta de creatividad o un recurso creativo, el cover es un recurso subsistencial para la mayoría de los músicos, y así como hay buena o mala música para cada persona, hay covers que a unos les gustan más que a otros.

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