Nunca hagas cosas malas que parezcan malas.

Hace unos años se hizo muy popular la frase del exalcalde de San Blas, Nayarit, Hilario Ramírez, apodado Layín, que admitía que había robado “pero poquito”.

Layín es una versión rústica de Álvaro Obregón, quien decía que no había un general que resistiera un cañonazo de 50 mil pesos (pesos oro) y le confiaba al periodista español Joaquín Blasco Ibáñez que, aunque la gente sabía que era corrupto, lo querían porque para los mexicanos todos los presidentes roban y pues él nomás tenía un brazo: robaba poquito.

Esta parece ser la justificación de lo que exhiben dos videos y un audio con la misma trama; difundidos el jueves 20 por Latinus, la plataforma que dirige Carlos Loret, se observa a Pío López Obrador, hermano del presidente y operador de Morena en el estado de Chiapas, recibiendo dinero de David León colaborador del entonces gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, del PVEM.

Lo primero que resalta es el método: la entrega discreta, los sobres conteniendo los recursos, el registro en una libreta y la grabación de los encuentros. Un acto notoriamente irregular que, sin embargo —justificó el presidente en una sesión mañanera— no se equipara con los montos de la otra corrupción, la del periodo neoliberal y, por otra parte, esas contribuciones venían de la gente y tenían un fin noble: apoyar al movimiento (como las “narco-limosnas”, purificadas porque se destinan a las parroquias).

Y como “amor con amor se paga”, el papel de charolero de David León, estaba a punto de recompensarse con el premio mayor de la lotería: de no haberse divulgado los videos, habría sido el encargado de manejar alrededor de 80 mil millones de pesos de compras de medicamentos en la futura empresa gubernamental; no parece casual que los fundadores y los dueños del Partido Verde, la familia González Torres, estén metidos hasta el cuello en el negocio farmacéutico (Farmacias Similares, Laboratorios Best, Plásticos Farmacéuticos, Transportes Farmacéuticos Similares, entre otras).

Desde su origen, los “verdes” constituyeron una organización criminal a la que dieron la fachada de partido; su historia es una historia de trácalas. Su trayectoria —y León trabaja para ellos— está salpicada por la corrupción, resta saber quién ordenó las grabaciones y con qué propósitos.

Pero en esta guerra de videos hay que recordar que los que se fueron tuvieron suficiente tiempo, al menos cinco meses, para sacar del Cisen los expedientes negros de quienes durante tantos años fueron sus opositores, así que no tardarán en aparecer en las redes sociales nuevos testimonios que abollarán la respetabilidad de los principales actores de la 4 té.

Con un presidente que ha repetido que entre la justicia y la ley, opta por la primera, la investigación pondrá a prueba a la FGR y a la UIF. Muchos organismos de la sociedad civil y medios de comunicación estarán pendientes de las investigaciones. No pueden admitirse “carpetazos” ni tratamientos convenencieros.

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