Dice un dicho popular: “Después de ahogado el niño, a tapar el pozo”.

El pozo fue la infame necesidad de politizar la salud de los queretanos estableciendo un discurso estatal distinto al que marcaba la federación, por cuanto a tiempos y estrategias para enfrentar la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19.

Esta razón llevó al gobierno del estado a cerrar la economía queretana un mes y 12 días antes de lo que señalaba la autoridad federal, con las funestas consecuencias que ya todos sufrimos en nuestros bolsillos, pues se realizó sin tener un plan y sin concientizar a la población sobre esta decisión. A todos nos agarró, como quien dice, con los dedos en la puerta.

El tema ya lo hemos abordado en opiniones anteriores y será decisión de la población evaluar esta unilateral decisión del gobierno, incluyendo a la gente que se enfermó al tener que salir del confinamiento pues simplemente ya no tenía qué comer y donde ni las despensas a sobreprecio pudieron impedirlo.

En fin, el gobernador del estado acaba de anunciar que seguirá los lineamientos de la autoridad federal por cuanto a la reapertura, pero claro, diferenciando su proceder, oooootra vez, poniendo ahora a la imprudencia de sus gobernados por delante que no dejan de moverse y de salir a la calle para subsistir… Sin palabras.

En fin, es su decisión ejecutiva, lo cierto es que toda la estrategia implementada ha sido un desastre, pues se confinó a la población y se cerró la economía prematuramente y ni con ello se logró detener el ritmo de contagios, y ahora es más difícil que la gente atienda sus amenazantes indicaciones.

Donde, por cierto, con la nueva normalidad a la vista cada vez se hace menos necesaria la publicación de las reformas al Código Penal que penalizaban en exceso no hacerle caso a la autoridad en el entorno de la PANdemia, hacemos votos para que así sea, tal y como lo propusimos en un acuerdo ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión y donde obtuvimos el apoyo inclusive de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Al margen. Comentando sobre la llamada Ley Garrote, el pasado viernes ocurrió algo muy grave: el diputado federal de Morena, Jorge Luis Montes, fue detenido sin razón alguna en el municipio de Ezequiel Montes. Nuestro compañero simplemente fue a la comandancia para preguntar por dos profesores detenidos y sin ninguna explicación fue sometido con violencia y detenido por la Policía Estatal.

Como senador de la República, como miembro de Morena, pero sobre todo como queretano, condeno enérgicamente esta arbitrariedad y abuso de poder. En lo personal, desde hace varias semanas he venido denunciando que las medidas del gobernador Francisco Domínguez son autoritarias y violan nuestros derechos humanos.

Con esta acción, queda claro que estas barbaridades que han comenzado a implementar, no tienen nada que ver con la emergencia sanitaria, sino que son medidas para reprimir a quien no piensa como ellos, para perseguir a la oposición.

Esto no se va a quedar así y vamos a llegar hasta las últimas consecuencias, porque nadie, absolutamente nadie, nos puede privar de nuestros derechos humanos, de nuestra libertad. ¡No a la Ley Garrote. No al autoritarismo y a la represión!

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