Los salmones son una de las especies de peces más interesantes por las características que les distinguen de otras. Nacen en zonas altas en ríos de agua dulce, donde pasan la mayor parte de su juventud hasta que bajan hacia el mar, donde vivirán su vida adulta hasta el momento en que migran de nuevo, algunos con admirable precisión, al lugar donde nacieron para desovar y cerrar su ciclo de vida.

La aportación del salmón a su entorno es clave para la supervivencia de muchas otras especies y para la limpieza y cuidado de los propios ríos, suelos y estuarios donde se conjuga el frágil equilibrio entre distintas especies de mamíferos, aves, peces, etcétera.

Una de sus características peculiares es que son “anádromos”, un término que proviene del griego y significa “correr hacia arriba”, es decir contracorriente, como lo hacemos muchos de los seres humanos en momentos como el que estamos viviendo en la actualidad. El esfuerzo a realizar nos implica algo parecido a nadar en contra de las circunstancias que nos arrastran rio abajo e inclusive, debemos saltar y salir del agua para intentar avanzar hacia adelante, en un esfuerzo desesperado para sobrevivir y encontrar el sustento.

Esta fotografía, es un breve instante en uno de esos saltos fuera del agua, en el momento crucial en el que el pez logrará trascender o sucumbir, con la misma incertidumbre que nos sigue consumiendo a la humanidad entera, la cual incluye a este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Twitter: @GerardoProal

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