El avance de este 2021, ha ido moldeando la conformación de las opciones políticas que contienden y estarán en las boletas, en una jornada que servirá, sin duda, para refrendar lo que la mayoría de mexicanas y mexicanos dejamos claro en las urnas en 2018: que la transformación del país era urgente e inevitable.

En el caso particular de Querétaro, dicha jornada electoral cobra una vital importancia porque implica que, por fin, el estado se sume de una vez por todas, al proceso de cambio integral que ya se vive en el resto del país desde hace dos años; proceso que en el estado se ha retrasado y, si fuera por algunos, se seguiría retrasando en detrimento de la ciudadanía.

Por eso, la responsabilidad de evitar que se siga frenando el avance del proyecto transformador que encabezan Morena y los partidos afines en el estado, está en manos de la militancia, los simpatizantes y todas y cada una de las y los queretanos que tienen claro que el tiempo de “los canallas” llegó a su fin y que décadas de gobiernos estatales ineficientes, deben terminarse ya.

Para lograrlo, es preciso consolidar la unidad de esa mayoría ciudadana y partidista que integra en sus principios de acción, la visión de cambio para Querétaro. Una unidad que debe fortalecerse en cada momento, en el contexto de una agenda de trabajo coordinado y de planeación, que considere la correcta delegación de responsabilidades y la ejecución de tareas durante todo el proceso electoral y aún más allá, una vez obtenido el triunfo.

Esa unión, a la que hemos convocado una y otra vez, sumándonos a los llamados recurrentes del presidente nacional de Morena, Mario Delgado, y de otros actores políticos, personajes congruentes con la Cuarta Transformación, quienes han ponderado la necesidad de reforzar los lazos de colaboración y diálogo permanente para fortalecer el proyecto, es el cimiento de la forma como debe asumirse cada etapa del proceso electoral, empezando, por supuesto, con el respaldo a las designaciones de quienes nos representarán a todos en las boletas.

Como he expresado en diversas ocasiones, hoy más que nunca Querétaro merece más, mucho más de lo que sus gobernantes le han podido y querido brindar, y está en manos de nosotros, quienes pugnamos por la transformación definitiva del estado y del país, lograr que el estado al fin reciba lo que se merece, que las oportunidades de desarrollo estén al alcance de todos, que se reduzca la desigualdad social y que el bienestar sea una constante.

Eso es lo que sí merecemos, y no la corrupción y el abandono de un amplio sector de la población, al que nos han sometido quienes por años se han beneficiado y enriquecido a costa del sufrimiento de miles de personas que hoy están ávidas y listas para lograr, junto a todos nosotros, el cambio de rumbo definitivo para el estado.

Vamos a lograrlo, sin duda y vamos a avanzar juntos, reafirmándonos en los valores y principios que cimentan este proyecto; sin confiarnos ni dormirnos en los laureles o en la exitosa experiencia que ya se vive a nivel nacional y que, incluso en un año tan difícil para el mundo como el que hemos vivido, está brindando buenos resultados a los sectores más desfavorecidos.

Lo haremos convencidos de que es el tiempo de México, es el tiempo de Querétaro y, sobre todo, es el tiempo de la gente que unida, solidaria y participativa, logrará consolidar el presente y el futuro que se ha merecido siempre y le había sido negado.

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