Recientemente tuve el honor de participar en la entrega del Premio Estatal de Periodismo Querétaro 2022, la cual se realizó en el marco del Día Nacional de la Libertad de Expresión. En esta ocasión fueron reconocidos 21 periodistas destacados por su trabajo para informar todos los días a la sociedad queretana, en un evento que no se realizaba desde hace 11 años.

Las circunstancias sociales y políticas que vive nuestro país exigen que se visibilice con mayor frecuencia y el más amplio reconocimiento a quienes ejercen una de las labores que, desafortunadamente, ya ha sido catalogada como una de las más peligrosas para ejercer en México. Además de reconocer su esfuerzo y la calidad de la investigación de información útil para nuestra sociedad, este tipo de actividades nos recuerdan la importancia que tiene la libertad de expresión para cualquier país democrático.

En un Estado Constitucional y Democrático de Derecho, la libertad es uno de los derechos y principios más importantes, pues en virtud de su ejercicio, la ciudadanía tiene la capacidad de exponer sus pensamientos, ideas u opiniones, y en específico puede externar críticas y señalamientos acerca de la actuación de las autoridades. Podría decirse que el solo ejercicio de este derecho es una garantía de control frente a cualquier intento de instalar un gobierno autoritario.

No es un secreto que durante el presente sexenio han ocurrido diversos intentos evidentes del gobierno federal para intimidar al periodismo. Por citar algunos ejemplos: en una conferencia “mañanera” el presidente López Obrador exhibió datos que presuntamente correspondían a los ingresos de varios periodistas que son críticos de su gobierno. Los datos resultaron ser falsos, pero ante una parte de la opinión pública la información tuvo el efecto de desacreditar las opiniones periodísticas y cuestionar su legitimidad.

En otros hechos también ocurridos durante conferencias “mañaneras”, el presidente ha convertido a diversos periodistas y medios de comunicación en el blanco de sus ataques, incluso contra periodistas que eran señalados como aliados suyos antes de llegar a la Presidencia. Con ello ha demostrado que su gobierno no tiene ningún compromiso con la libertad de expresión; al contrario, este derecho le incomoda a él y a su gobierno por señalar sus errores.

La labor periodística es tan indispensable para la vida democrática que quienes buscan impunidad y opacidad se vuelven sus enemigos naturales. Muchos periodistas son amenazados también por integrantes de la delincuencia organizada.

Por ello es muy importante proteger a quienes ejercen el periodismo: cuidarlos es también una forma de cuidar la democracia.

Lo señalé con toda claridad durante la premiación: los periodistas se levantan muy temprano y se duermen muy noche en busca de la información, trabajando por la sociedad. Como políticos, nuestra primera forma de protegerlos es respetar su trabajo y entender que las notas que critican o que incomodan no son ataques. A nosotros nos toca “aguantar vara”, porque la información es la base para tener una sociedad informada. A las y los periodistas, desde aquí les reitero que cuentan conmigo desde la Cámara de Diputados para defenderlos y defender la libertad de expresión, hasta donde tope.

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