Los panistas y los mexicanos tenemos mucho que dar. Debemos tener ánimo y conjuntar esfuerzos para lograr la superación de todas las personas y, consecuentemente, mejorar las condiciones de vida para todos.

El domingo pasado, con la elección del nuevo Comité Ejecutivo Nacional que encabezará nuestro compañero panista queretano Ricardo Anaya Cortés, se inicia una nueva etapa en la que debemos ser factor de unidad nacional, seguir impulsando propuestas viables para mejorar la seguridad, la economía y la educación.

Acompañarán a Ricardo: Damián Zepeda Vidales, diputado federal por Sonora, como secretario general; Josefina Vázquez Mota, ex candidata a la presidencia de la República; Ernesto Ruffo Appel, primer gobernador panista del país (en 1989) y actual senador; Sonia Mendoza Díaz, excandidata al gobierno de San Luis Potosí; Santiago Creel Miranda, ex secretario de Gobierno y ex senador; Rocío Reza Gallegos, diputada federal del PAN por Chihuahua; Fernando Rodríguez Doval, diputado federal y Genoveva Huerta Villegas, diputada federal por Puebla.

La conformación de este comité fue incluyente en capacidad, experiencia y en representatividad de diversos sectores del partido. Esto fue un factor decisivo en la contundencia de su triunfo, al igual que lo fue en nuestro estado de Querétaro en las pasadas elecciones.

Se quiere un PAN abierto a los ciudadanos, unido, con prioridad a la formación y capacitación de militantes, que se refuerce la organización, un PAN renovado, con línea programática definida, con oposición responsable frente al gobierno federal, transparente e íntegro.

El partido ha pasado por diversas etapas. En su fundación, en 1939, fue factor para lograr que las fuerzas políticas y económicas se unieran y se repartieran el poder con base en acuerdos, a través de un partido único. Los primeros presidentes nacionales del PAN, Manuel Gómez Morín (1939-1949), Juan Gutiérrez Lascuráin (1949-1956), Alfonso Ituarte (1956-1958) y José González Torres (1958-1962), impulsaron un partido propositivo y crítico a pesar de la situación adversa.

En los años sesenta, con Adolfo Christlieb Ibarrola e Ignacio Limón, el gobierno empezó a ceder espacios a lo que se llamó “diputados de partido” y reconoció algunos triunfos al PAN, pero luego dieron marcha atrás ante el crecimiento de las simpatías hacia el PAN.

En los años setenta, con la llegada de Luis Echeverría a la presidencia de la República, se recrudecieron los ataques al PAN y al sector empresarial. Esto generó desánimo en muchos mexicanos y el partido tuvo dificultad para crecer bajo las presidencias del CEN de Manuel González Hinojosa, José Ángel Conchello, Abel Vicencio Tovar, entre 1969 y 1984.

Los movimientos de apertura democrática en México y el mundo crecían. Los comités nacionales encabezados por Pablo Emilio Madero (1984-1987), y Luis H. Alvarez (1987-1993), se empezaron a cosechar mayores triunfos.

En los noventa y dos mil, con Carlos Castillo Peraza, Felipe Calderón, Luis Felipe Bravo, Manuel Espino, Germán Martínez y César Nava siguieron creciendo los triunfos hasta conseguir la presidencia en el 2000. Desde la oposición se llegó al gobierno federal con responsabilidad, misma que le dio al país 12 años de crecimiento y estabilidad sin precedentes.

En 2012, con el regreso del PRI, los presidentes del CEN del PAN Gustavo Madero, Cecilia Romero y el propio Ricardo Anaya, estamos en un escenario en el que, fieles a nuestros principios, estamos recuperando la confianza ciudadana demostrando que con diálogo, unidad, con gobiernos eficaces y eficientes, podemos recuperar el rumbo del orden de la paz y el crecimiento en el país.

Analista político y miembro del PAN. @ggrenaud

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