La historia de la humanidad es un acto de conciencia sobre nuestra propia existencia. Mucho es lo que nos mueve a querer conocer en el pasado sobre los orígenes de nuestra especie, así como el misterio que conlleva la propia vida ante la incertidumbre del futuro. Por eso reconocemos el valor y la importancia de los innumerables testimonios de civilizaciones y culturas tan diversas que podemos conocer por la oportunidad que nos brinda la comunicación y la tecnología. Nunca antes hemos tenido, como humanidad, el acceso a tanta información que con acceso y uso responsable, nos permite tener a la mano un enorme patrimonio de conocimiento.

En esa amplia diversidad cultural que nos muestra la historia, vemos cómo el ser humano ha sucumbido a los encantos de la grandeza y del poder a lo largo de los siglos, y ello nos permite observar ese propósito común que le ha llevado al extremo de la guerra para conquistar lo que otros han hecho.

Un ejemplo que reune la muestra de culturas diversas en tiempos diferentes, cuyos testimonios conviven y coinciden en el presente, es la ciudadela de La Alhambra, en la ciudad de Granada, España. Un espacio que ha logrado amalgamar el arte, la vida cotidiana y los propósitos de grandeza de distintas culturas a lo largo de varios siglos, resultando hoy un conjunto arquitectónico de monumentos, palacios y jardines donde califas, reyes nazaríes y reyes católicos quisieron mostrar su grandeza desde la expresión de la arquitectura y de sus más arraigadas costumbres.

Para fortuna de todos, es un espacio que ha logrado conservarse al paso del tiempo y convertirse en un referente que cautiva, no solamente por su riqueza histórica. sino también en la belleza que le ha acompañado siempre y que ofrece una enorme oportunidad para la fotografía, como esta que les comparto en la cima de la colina, como un regalo envuelto que se desea abrir poco a poco para conocerlo, desde este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

@GerardoProal

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