E stimados lectores, hoy vamos a hablar de una de las grandes especialistas en el tema de pareja en la actualidad, Esther Perel, autora del libro Inteligencia erótica, quien aborda muy claramente la realidad que estamos viviendo en el tema de pareja, pero, sobretodo, cómo podemos conservarla a lo largo del tiempo.

Ella menciona que el deseo es muchas veces opuesto al amor. Ya que, como les he mencionado en otros artículos, tiene que ver con lo prohibido, con lo que no se tiene. ¿Cuáles son las diferencias entre  deseo y amor?, ¿son opuestos? O se complementan.  Ella menciona que cuando entra la pareja en la fase del amor parece haber una crisis del deseo. Es la primera vez en la humanidad que queremos experimentar la sexualidad a largo plazo, una monogamia serial, donde ya no solo queremos reproducirnos sino que también, queremos experimentar placer. Es algo que va  más allá de un sexo biológico, para convertirse en un punto de encuentro.

A diferencia de los animales, los humanos somos los únicos que buscamos desarrollar el erotismo. Lo que significa que podemos utilizar la imaginación y la creatividad para beneficio de la relación. Sin embargo, a diferencia de ellos, nosotros establecemos relaciones monógamas de muchos años de duración. ¿Cómo podemos mantener el deseo a lo largo del tiempo cuando ya no hay novedad, misterio, prohibición? Y desgraciadamente, cuando el deseo se acaba, la relación también.

Sin embargo, seguimos teniendo el anhelo de tener una relación segura, comprometida, que nos aporte estabilidad. Es decir, por un lado queremos seguridad, pero por el otro, queremos seguir sintiendo pasión por la pareja. La seguridad representa la pertenencia, el hogar, el compromiso; el deseo representa la aventura,  lo inesperado,  lo misterioso y lo novedoso. Queremos juntar amor con pasión.

Como ya sabemos, la evolución de la pareja ha sido muy clara, de ser una cuestión meramente de conveniencias sociales y económicas, pasando posteriormente por la formación de una familia estable, hoy la relación tiene grandes retos, ya que, además, buscamos compañía, pertenencia, compañía y a la vez nos dé novedad, pasión y espontaneidad.  Vivimos en continuos opuestos entre deseo y seguridad. En el deseo no hay cuidado, no hay necesidad.

En sus investigaciones Esther Perel descubre algo muy interesante, la imaginación es responsable de gran parte de nuestro deseo. Ella realiza la siguiente pregunta: ¿En qué momento encuentras más atractiva a tu pareja?

Las respuestas se clasificaron en tres grupos:

- El primer grupo responde que encuentra más atractiva a su pareja cuando entra en contacto con su habilidad de imaginarse con su pareja.

- El segundo grupo responde que es más deseable cuando ve a su pareja radiante y segura. La mayoría de las respuestas tenían relación con el volver a imaginarse con esa persona, tenían relación con el poder imaginarse a esa persona de forma misteriosa. El misterio no es viajar a nuevos lugares sino verlo con nuevos ojos. Por eso es tan importante no mimetizarse con la pareja ni querer saberlo todo de ella, que cada quien tenga una vida particular rica y divertida, para que cuando venga el encuentro, también me asombre y vaya conociendo los misterios de la otra persona.

-  El tercer grupo responde que encuentra más atractiva a la pareja cuando hay novedad. La novedad no se trata de nuevas posiciones, ni de un repertorio de técnicas. Novedad quiere decir, preguntarse: ¿Qué partes tuyas vas a mostrar?

Ahora bien, para saber qué aspectos mantienen el deseo hemos de saber primero qué cosas  matan al deseo. La mayoría de respuestas tienen que ver con: aspectos físicos, tales como la apariencia, los defectos, el peso, el paso de los años, la higiene; pero también, con el miedo y culpa a descubrirse (autoerotismo), así como descubrir a la pareja.
Pero, ¿qué aspectos mantienen el deseo en una pareja?
- Entender que el deseo es una forma de estar vivos, conectar con la energía vital que todos tenemos.

- La paradoja entre amor y deseo es que aquellos aspectos del amor que nos agradan (protección, preocupación, responsabilidad), por otro lado sofocan el deseo.

- El deseo viene con una serie de ingredientes que no siempre favorecen el amor (celos, poder, travesuras, dominación).

- La mente erótica no es políticamente
 correcta.

- El deseo viene con una cierta capacidad de egoísmo que nos sirve para conectar nuestro propio yo en presencia del otro.

- El principio del deseo es la necesidad exploratoria, de curiosidad y de conocimiento.

- Tener mucha intimidad sexual propia y en pareja.

- Entender que hay un espacio erótico que pertenecen a cada uno de ellos.

- La estimulación erótica no es algo que se haga en cinco minutos.

- Responsabilidad y deseo solo pelean.

- Las parejas eróticas también entienden que la pasión aumenta y disminuye, por lo que saben cuando resucitarla.

- Sexo comprometido= sexo intencionado, con voluntad, intencional. Sexo es igual a presencia.

Google News