El tema de seguridad es uno de los que más interesa a los ciudadanos. Todos quisiéramos que pudiera existir alguna acción que, por sí misma y de manera inmediata, resolviera todos los retos en esta materia, pero desafortunadamente no existen fórmulas mágicas para resolver el problema. Se requieren políticas integrales y también  la participación de todas y todos.

Ya hemos comentado que es dentro de las familias en donde se debe comenzar a fortalecer el tejido social, con  la educación de las y los niños, para formar ciudadanos que abonen a la construcción de una mejor sociedad. Es en las infancias y en las juventudes donde debe germinar la semilla que promueva la sana convivencia, la solidaridad y la inclusión.

Fortalecer la cohesión social es sinónimo de fortalecer los lazos en nuestra sociedad.  Como ciudadanos, tenemos que promover la integración y la unidad en nuestras colonias y comunidades, porque si logramos unir y fortalecer los vínculos de solidaridad, podremos convivir de manera más armónica y  generar una red de confianza y de pertenencia, lo cual redundará en un ambiente más sano y  seguro.

Ser más solidarios y participativos es una receta que siempre funciona para generar vínculos vecinales; significa demostrar una actitud positiva para ayudarnos y apoyarnos entre quienes compartimos un espacio vital tan importante.

Debemos reconocer que tenemos objetivos e intereses comunes: podemos y debemos ayudarnos, y protegernos. 
Construir una cohesión social más firme y sana nos ayuda a construir redes de cooperación y la unión necesaria para generar efectos positivos muy poderosos en diversos temas, entre ellos en la seguridad.

Para que nuestra sociedad se convierta en ese lugar seguro y saludable que necesitamos, donde los niños y jóvenes puedan crecer sanos y desarrollar su máximo potencial,  necesitamos tener colonias y vecindarios unidos, solidarios y con lazos bien estructurados, y para eso cada uno de nosotros puede aportar su compromiso de generar empatía y apoyo mutuo.

Ser solidarios significa aportar nuestro tiempo, conocimientos y trabajo a  la comunidad. Esto es necesario para resolver amigablemente nuestros conflictos y generar sociedades más cohesionadas, porque todos necesitamos de todos y estos vínculos son los que también nos sirven para fortalecer la seguridad desde nuestro entorno más inmediato.

Al colaborar con nuestros vecinos y participar en actividades que nos permitan conocernos y convivir, nos damos cuenta de que compartimos muchos valores, intereses y objetivos. Por ejemplo, todos queremos lo mejor para nuestra comunidad y queremos mayor seguridad, por eso trabajar juntos y permanecer unidos es importante para poder colaborar también con la autoridad y poder detectar y prevenir de manera conjunta situaciones de riesgo en nuestro entorno.

Todos deseamos vivir en una comunidad donde se garantice la paz, el bienestar y la seguridad de sus habitantes, pero para lograr esto es fundamental la participación de todos para que podamos tener un tejido social fuerte, que refleje los valores de respeto, pertenencia, solidaridad y cohesión. Una sociedad con un tejido social fuerte, en donde hay armonía e inclusión, permite el desarrollo de sus miembros y genera bien común y paz social.

La seguridad es un derecho humano que necesitamos para desarrollarnos y ejercer nuestras libertades individuales; tenemos que construir esa libertad trabajando y colaborando entre  ciudadanos y el gobierno. No es una tarea sencilla ni existen estrategias que puedan resolver de la noche a la mañana los retos que enfrentamos, pero trabajando juntos y haciendo lo que a cada uno nos corresponde lo vamos a lograr.

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