El recurso público del gasto en publicidad oficial debería ser un dato básico y de fácil consulta para la ciudadanía, por estar relacionado con el derecho a la información.

Sin embargo, en la mayoría de entidades federativas (Querétaro entre ellas), los gobernantes y el partido político en el poder han encontrado mecanismos para limitar que se conozca esa información, que no sea de fácil acceso o consulta, o que sencillamente no se convierta en un tema de agenda o conversación, sobre todo cuando los montos destinados a ese gasto sobrepasan gastos para otros derechos humanos.

Un análisis reciente publicado por “Artículo 19” y “Fundar. Centro de Análisis de Investigación” proporciona datos e información de utilidad, sobre el gasto en publicidad oficial que hace el Poder Ejecutivo federal, a través de sus distintas dependencias.

Si usted amable lector, lectora, es simpatizante del Presidente López Obrador y la llamada “Cuarta Transformación”, el análisis del gasto realizado en 2020 en publicidad oficial demuestra que en los primeros dos años del sexenio, el Presidente ha cumplido con su promesa de reducir el gasto.

En comparación con el segundo año del sexenio de Enrique Peña Nieto (EPN), “el gobierno federal gastó alrededor de una quinta parte con respecto a los 11 mil 398 millones de pesos” que se ejercieron en 2014.

Los 2 mil 248 millones 425 mil 467 pesos de publicidad oficial en 2020, fueron una cifra menor al gasto de 2019 para este mismo rubro (3 mil 459 millones), según el análisis elaborado por “Artículo 19” y “Fundar”, con base en revisar el Sistema de Comunicación Social (COMSOC). Los datos indican que la reducción se sostiene.

Sin embargo, también hay pendientes que no son favorables para el ejercicio del poder de AMLO, en este rubro. Si usted amable lector, lectora, es una persona que mantiene una crítica –necesaria- y escrutinio al gobierno federal, esto le interesará.

Tanto el gobierno de López Obrador como la “administración” de Peña Nieto, es un decir, “tienen en común la persistente ausencia de reglas claras de asignación y distribución de la pauta oficial”.

Esto es, no hay criterios o lineamientos que eviten la discrecionalidad en asignar más o menos recursos a medios de comunicación con un perfil similar, dirigidos a públicos o audiencias que consumen noticias y programación diversas.

Queda evidenciado que al momento de gastar en publicidad oficial, el gobierno de López Obrador ha mostrado preferencia para dar más recursos públicos a Televisa, Tv Azteca y el periódico “La Jornada”, que recibieron el 28.6% del total de publicidad oficial en 2020, lo que implica un monto ejercido por 643 millones de pesos.

Los otros 454 medios de comunicación recibieron el restante 71.4%, situación que deja varios cuestionamientos para exigir mejora y “transformación”. Si bien no todos los medios tienen las mismas necesidades, infraestructura, plantilla laboral ni audiencias, llama la atención que 3 concentren casi el 30% del monto ejercicio en 2020, y que además favorezcan en sus contenidos la cobertura hacia la figura del Presidente.

¿Qué otro pendiente deja la proclamada “4T” en materia de publicidad oficial? La falta de reformas en la Ley General de Comunicación Social, que no establece pautas claras ni bases que eviten discrecionalidad en la asignación del gasto. O en el extremo, como algunos especialistas proponen, abrogarla.

Pese a tener mayoría en la LXIV Legislatura federal, las bancadas de Morena, PT y el PES no propusieron iniciativas de ley para entrar de fondo en la problemática.

Excesos y pendientes en Querétaro

Históricamente, los gobiernos del PAN y PRI en Querétaro han tenido excesos y despilfarro en el gasto de publicidad oficial. Consultas a la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) pueden dar una idea de que el ritmo del gasto no disminuirá en el último año del sexenio de Domínguez Servién.

Convenios y contratos firmados desde el primer día de 2021, con montos que superan los 2.1 millones de pesos en algunos casos… Datos y más info, en posterior entrega.

Tip: donde vea y escuche titulares que llamen a los gobernantes como “Pancho”, “Pepe”, “Luis Bernardo” y próximamente “Mauricio”, como si fueran sus compadres o amigos de toda la vida, ahí no es.

*Periodista y profesor de la UAQ

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