Gallos, como un auténtico cheque al portador, cerró su pésima temporada en la Liga MX.

Toluca no tuvo piedad de ellos y los rostizó al son de 4-1, para, de paso, clasificar al repechaje como sexto general con 27 puntos y asegurar la localía para esa fase directa a un partido y aspirar a los cuartos de final de Liguilla principal.
Mientras que los emplumados, con un desempeño para llorar, terminan como últimos de la tabla con tristes nueve unidades de 51 posibles.

Ya lo he dicho, esa vergonzosa cosecha en poco o nada les va a ayudar para salir de la quema en la tabla de cocientes.
Iniciarán la próxima campaña  como último lugar, marcados para pagar multa que puede ser de 80 millones de pesos para mantener la categoría.

Este torneo para Gallos es el peor de su historia en la Primera División, consecuencia en gran parte de los lamentables sucesos de aquel 5 de marzo pasado en el  Corregidora.

Veto de estadio y castigo a su afición, a su verdadera afición por culpa de otros, venta del equipo que sigue en pie, pero que tal parece que a nadie interesa, hace pensar que Querétaro se quedará sin futbol del máximo circuito.

Como se está presentando la situación, con deudas y un cociente     sin futuro, difícilmente habrá valientes que le entren al toro.

Todo indica que la Federación y su rama de Primera División será quien decida el destino de los plumíferos y, ante ello, los rumores crecen para que el equipo cambie de nombre y sede.

Se insiste ahora en que los Gallos pasarían a convertirse en Potros del Atlante, aunque en otras plazas como Chiapas, Morelia y Morelos, también quieren de nueva cuenta contar con futbol de Primera División.

Eso sí, si adquieren a Gallos tendrán que invertirle y mucho para no pasar estas penurias, armar un trabuco que primero remonte posiciones en la porcentual y enseguida sea un cuadro con aspiraciones importantes, se ve complicado pero todo puede pasar.

Hasta la próxima.

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