Dijo nuestro querido maestro Muñoz Cota que tratándose de amor, no podríamos afirmar que se ama hoy y se olvida mañana. Amar es el fruto de un largo aprendizaje, una educación sentimental que va cumpliendo los deberes del aula del espíritu. Ha sido difícil caminar el sendero de la mano, pero a donde vayamos sé que nuestras almas van unidas, unidas porque sí, porque nos identifica la libertad y la esperanza.

Yo también como el poeta, supe lo que es la soledad con espinas; caminé “las vastas llanuras del vacío, que sepulta el espacio con sus bloques de hastío. Fue cuando llegaste tú, puntual a devolverme mi pequeña parcela de felicidad”. Nuestro encuentro estaba escrito en las estrellas. Cada que ríes o hablas iluminas mi espacio. Quiero acompañarte en los sueños. Me encanta cuando hablas de lo que tanto amas. Sólo contigo siento que las palabras me faltan, que incluso las que existen no bastan para expresar el amor que por ti nació desde que te tuve en mis brazos. Te debo aun el préstamo de tu sombra acompañando la mía, tu sencillez, tu sabiduría, la curva de tus labios, columpio donde se mecen mis sueños y la corola de la luna que aportaste a nuestra unión, libre, por sobre todas las cosas libre. Nos hemos prestado mutuamente el corazón para caminar juntos, a veces las piedras enemigas han herido el paso; pero adelante nos espera el horizonte para abrirnos la puerta.

En el marco del 14 de febrero, te reitero, que estás en mis oraciones, en el café que bebo todos los días por la mañana, en cada palabra que pronuncio en la tribuna y fuera de ella, estás en el viento que acaricia mi cara y despeina mi alma. Cada acción y proyecto que emprendo no es mío, es nuestro, todo es por ti, al igual que el caballero del Poema de mío Cid que después de librar una batalla, no le importaban los honores solo pedía “¡Que lo sepa Jimena!”; así yo después de cada triunfo sólo pido “¡Que lo sepa!”.

Y no te niego que tengo celos, del sol que ilumina tus mañanas, de los ojos que te reflejan, de los labios que besan tus mejillas, de las manos que entrelazan las tuyas, siento celos de la brisa que mueve tu cabello ensortijado, de los brazos que te sostienen después de una larga jornada… en fin, aquí estamos y estamos a pesar de las grandes tempestades, eres y serás siempre el reloj que me marca el tiempo exacto de mi existencia.

Todo lo aquí escrito emana de un estadío de enamoramiento, porque eso es estar enamorado, es gobernar la luz del fuego pero al mismo tiempo ser esclavo de la llama, se ama en virtud por razones que la razón no entiende. El amor ha sido el sentimiento más fuerte que ha experimentado el ser humano, de qué otra manera explicaríamos los sacrificios, los esfuerzos y las grandes obras que han emprendido nuestros antecesores si no es por el poder del amor, el amor a la vida, a nuestros amigos, a la naturaleza, amor a un@ mism@.

Deseo de todo corazón que no sólo un día dediquemos tiempo para estar con nuestros seres queridos y festejar el amor y la amistad que nos une, pues insisto, el amor debe ser el motor que nos impulse en cada día, que nos haga entregar lo mejor de nosotros en cada acción que realicemos. Sólo con amor podremos hacer de este un mejor mundo para habitar.

PD. Como dice la canción, “yo te llevo dentro, hasta la raíz y por más que crezca vas a estar aquí, aunque yo me oculte tras la montaña, encuentre un campo lleno de caña, no habrá manera mi rayo de luna que tú te vayas”. Feliz 14 de febrero.

Oradora Nacional.

Premio Estatalde la Juventud Querétaro 2013.

@MadalyrmDavila

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