¡Un daño irreparable! Fuera de control el gobierno de AMLO. En la semana quedó demostrado el descontrol que existe en el mando de López Obrador, todo por ejercer arbitrariamente el abusivo poder al que está acostumbrado. Lo más grave, desde el inicio de la pandemia, es que no hubo planeación ni control por parte de las autoridades de la salud. El manejo, políticamente lo mediatizaron, de ahí el caos generado: un incesante crecimiento en el número de infectados y fallecidos. Laurie Ann Ximenez-Fivie, Doctora en Ciencias Médicas de la Universidad de Harvard, intituló su libro: “Un Daño Irreparable”, calificando como criminal la gestión de la pandemia en México.

El caos. El asunto Cienfuegos y la DEA. Todo un espectáculo circense en manos del Presidente y el Fiscal General. Las autoridades lanzaron su artillería de denuestos en contra de aquellos que exigían se procesara penalmente a Salvador Cienfuegos. Toda clase de descalificaciones políticas encendieron el tema; los argumentos jurídicos escasearon. Ante el enojo de las autoridades, Alejandro Gertz Manero, amenazó con denunciar ante “tribunales internacionales” a las autoridades de la DEA. Vino el “manotazo” del Presidente, su jefe inmediato. Sentenció lo contrario: México no acudirá a “tribunales internacionales”. El Fiscal guardó silencio, Para proteger al General, fue nombrado asesor de la Sedena.

Luego vendría el cruce de señales entre López Obrador y López-Gatell, derivado del criminal problema que estos generaron con el pésimo tratamiento de la pandemia. Dantescas las consecuencias: 148 mil, 440 muertos. Después de las erráticas y concentradoras medidas del Dr. López, decidió que el gobierno federal sería el único responsable de la compra y distribución de las vacunas en todo el territorio nacional. Antes habían presumido la adquisición millonaria de vacunas a distintos laboratorios. Varias Secretarías inmersas en las decisiones de la pandemia.

Por millones las vacunas se han surtido y aplicado en muchos países. México ha recibido a cuentagotas cantidades ridículas de vacunas. Decisiones políticas gobiernan al personal operativo, armaron enormes equipos para repartir las escasas ampolletas. López creó coordinaciones estatales. Ante la desesperación de la insuficiencia de vacunas, López Obrador emite orden encontrada a la de Gatell: “sí pueden comprar y aplicar vacunas, gobernadores y empresas particulares”. Compartir la irresponsabilidad presidencial: ¡No hay vacunas en el mercado para su venta!

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