En estos tiempos de la llamada 4T —cualquier cosa que verdaderamente signifique—, donde se apuesta por sacrificar la realidad en el altar de la propaganda y atacar a quienes se atrevan a disentir, aunque sea un ápice;  conviene no dejar de lado la indignación que provocan las múltiples mentiras que difunden.

Sobre todo, por de parte de quienes dicen contar con una superioridad moral que escandaliza y aseguran, sin pudor, no ser iguales. Sin duda que no lo son, algunos —al menos— en ciertos temas, resultan mucho peor de lo que habíamos conocido. Porque, si es cierto que existe corrupción criminal, también lo es que existe ineptitud criminal y hasta impunidad con el mismo calificativo.

Y, como se suele decir, para muestra un botón.

Hace unas horas apareció  en redes un testimonio de una de las muchas personas que padecen cáncer quien, al acudir a una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social, también comprobó que se canceló su cita para el  tratamiento porque en esta institución no cuentan con el medicamento para quimioterapia. Esta persona explica que le dijeron que ya tienen varios días sin quimios y no saben cuándo vaya a ver, por lo que, también en atención a otros que padecen la misma situación, se dirigió a atención al derechohabiente para exponer su queja, “porque es triste que nos estén cancelando nuestro tratamiento”. La paciente, que aparece en el video, agregó: “necesita ponerse las pilas, el gobierno, para que pueda haber medicamento”.

Y es que ante estos hechos, de poco valen las acusaciones de neoliberales, conservadores, fifís, y toda esa cantaleta demagógica de complots e inventos que se repite y repite para justificar ineficiencias del gobierno federal, que parece ocuparse más en crear enemigos imaginarios que en resolver problemas concretos de mexicanas y mexicanos que sufren su mediocridad. Sí, para esto sí  valdría la pena que hubiera una Comisión de la Verdad —pero seria— para llegar al fondo e identificar culpables, no de esas que suelen inventarse para tirar la piedra y esconder la mano.

Cuántas veces, madres y padres de familia han salido a protestar  porque no han contado con medicamentos oncológicos, y cuántas veces este gobierno ha buscado deslegitimar sus reclamos. Han negado el desabasto y han acusado a los manifestantes, pero la terca realidad sigue estando ahí: no hay suficientes medicamentos para quienes padecen cáncer y otros padecimientos.

Las contradicciones presidenciales y gubernamentales, así como las promesas incumplidas, han buscado minimizar el problema, pero la gravedad del asunto continúa. Por ello, hay quienes sostienen que la 4T destruyó lo que podría ser mejorado, pero funcionaba, y en su lugar no ha aportado nada digno de reconocimiento. No obstante, el Presidente habla del fortalecimiento del sector salud —“como el que tienen en Canadá, Reino Unido, Dinamarca, de lo mejor”, dijo el 3 de enero de 2019—, y publicita que la salud es un derecho, no un privilegio.

Así el cáncer.

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