Como propaganda política y asunto criminal ha sido calificada la pretensión del presidente y su partido de utilizar la campaña de vacunación como parte de la campaña político electoral, de cara a las elecciones del próximo 6 de junio.

La estrategia se topó con varios problemas en el camino que la tienen paralizada y podrían resultarles contraproducentes:

Las restricciones impuestas por la Unión Europea a las empresas que produzcan vacunas en la eurozona debido a su incumplimiento para surtir contratos de los países de la comunidad europea, que podría retrasar de 8 a 10 semanas el suministro de las mismas;

El rumor de que México no compró oportunamente las vacunas, lo cual expone a los mexicanos a que, contra lo ofrecido, la campaña de vacunación para este año, se extienda hacia el segundo semestre de 2022, con el impacto económico que esto supone y el riesgo de exponer a la población a nuevas cepas del virus que invaliden el efecto de las vacunas e incrementen el número de contagios y muertes. Y la compra de última hora de la vacuna rusa Sputnik V, cuestionada en el mundo científico por la falta de información sobre la fase III del protocolo de elaboración de vacunas, y su uso seguro en humanos.

Adicionalmente, dicha campaña de vacunación tiene claros tintes político-electorales:

La innecesaria incorporación de los “servidores de la nación” a las brigadas médicas de vacunación hace ver el uso clientelar que se dará a las mismas. En la pasada elección federal los servidores de la nación operaron, dentro de la estructura de Morena, como promotores del voto a su favor. Hoy son empleados de la Secretaria del Bienestar y se teme que harán lo mismo.

El hecho de que se modificara el orden de vacunación y sobre los médicos y enfermeras se priorice a los servidores de la nación, deja mal parado al presidente y a su partido.

El caso de Campeche, que Morena pretende ganar, resulta sintomático: se dejó de vacunar a los médicos para vacunar a los maestros. Inexplicable.

La selección de estados donde iniciará la campaña de vacunación, deja en segundo lugar a aquellas entidades donde mayores daños de contagios y muertes ha ocasionado la pandemia. El hecho de que los gobiernos de la Alianza Federalista puedan comprar sus propias vacunas abre el juego para que, si las llegaran a vencer las dificultades arriba expuestas, podrían utilizar dichas vacunas para sus intereses político-electorales.

Dos factores ponen en riesgo la estrategia político-electoral: 1. La ausencia del presidente en las mañaneras; 2. Que López Gatell siga al frente de la lucha contra la pandemia; y que por su necedad no se modifique la estrategia, lo que, según algunas voces, podría duplicar el número real de muertos para junio (no el oficial).

Por último, la doctora en Ciencias Médicas por la Universidad de Harvard y Jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la UNAM, Laurie Ann Ximénez-Fyvie, que denuncia en su libro “Un daño Irreparable. La Criminal Gestión de la Pandemia en México”, que lo que se podía haber hecho para contener la pandemia, no se hizo; y no por falta de información o de un error casual, sino por una decisión deliberada de no llevar a cabo las acciones que se sabía que se tenían que tomar para controlar el problema, nos hace ver que muchas muertes se pudieron evitar, pero se prefirió el manejó político de la pandemia.

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